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Los chilenos se citan con la historia
Los dos candidatos a la presidencia reafirmaron su fe en la victoria al votar en un jornada que transcurrió sin incidentes destacables
Actualizado: GuardarLos dos candidatos a la presidencia votaron ayer en la más competitiva segunda vuelta de la historia electoral chilena confiados en conquistar la victoria que los llevará al Palacio de La Moneda el próximo 11 de marzo.
El derechista Sebastián Piñera prometió nada más depositar su sufragio que su triunfo después de veinte años de gobierno de la Concertación de socialistas y democristianos será «como abrir una ventana para que entre aire fresco». «Creo que hoy es un gran día para Chile y les quiero decir a todos los chilenos y chilenas: arriba los corazones porque vienen tiempos mejores», declaró exultante el empresario mientras algunos de sus partidarios se enzarzaban en un duelo verbal con seguidores del aspirante oficialista en las puertas del colegio electoral.
Si lograra alcanzar la mayoría de votos, será la primera vez que la derecha conquista el poder en unas elecciones en casi medio siglo. Los últimos sondeos indicaron que la ventaja con que acudía a la cita sobre Frei era de apenas 1,8%, menos del margen de error de la propia encuesta. No obstante, su estrategia fue mostrarse seguro y acompañado de su esposa y otros familiares como en la primera vuelta, cuando sacó más de 14 puntos de ventaja sobre Frei. «Vamos a tener un gran triunfo, pero lo vamos a celebrar como lo hacen los demócratas, con alegría, con esperanza, pero también con unidad», proclamó optimista.
Mientras tanto su rival, Eduardo Frei, hizo un último llamamiento a los chilenos a votar «con el corazón y la razón». «Cada uno de ustedes conoce las propuestas. Si nos dan su confianza, Chile va a ser un país sin arrogancia. Chile será para todos y no para algunos», declaró.
También aprovechó la ocasión para generar sospechas sobre su contricante, apuntando a un aspecto sensible de su perfil: la vinculación de amplios sectores que integran la alianza derechista con el régimen de Pinochet. «Nos han hablado mucho de los cambios, pero ya tuvieron 17 años», señaló en referencia al período de la dictadura de Augusto Pinochet. Frei, que gobernó Chile entre 1994 y 2000, afirmó que se encontraba tranquilo y confiado en que será «el sucesor de la presidenta Bachelet».
Otro de los votantes muy rodeado por la prensa fue el independiente Marco Enríquez Ominami, considerado «el gran elector» en estos comicios. Ominami, que fue hasta hace menos de un año diputado por el socialismo, abandonó la Concertación y obtuvo el 20% de los sufragios en la primera vuelta, el 9% menos que Frei. A mitad de semana, anunció que apoyaría al candidato del oficialismo como mal menor, para que no gane la derecha, pero no cejó en sus críticas a la coalición gobernante y al propio candidato, al que considera un hombre del pasado.
Ominami, opositor
«No me verán en ningún cargo, seré oposición a ambos gobiernos, porque los dos encarnan lógicas que no son las mías», adelantó, para aclarar seguidamente que «hacía una diferencia». De esa manera, justificó su decisión de respaldar a Frei, una posición a la que no parecía dispuesto un día después de la victoria de Piñera en primera vuelta con 44% de los votos.
Finalmente, la presidenta Bachelet reconoció al votar que esta elección «es muy competitiva, pero por esa misma razón Chile demostrará una vez más su capacidad democrática y cívica».
La presencia policial se hizo notar en las calles, ya que, a pesar de que no se han registrado incidentes importantes , el Ministerio del Interior temía algunas refriegas en el momento del recuento si el resultado es muy reñido. Hay que registrar, sin embargo, la explosión de una bomba fabricada con sustancias químicas, que no causó víctimas ni daños de consideración, en el principal colegio electoral de la ciudad de Castro, a unos 1.200 kilometros al sur de Santiago.