James Cameron, el emperador
Hollywood se rinde ante la última obra del director: 'Avatar'
MADRID / LOS ANGELES Actualizado:"¡Soy el rey del mundo!" gritó un James Cameron triunfante en la gala de los Oscar de 1998. Ocurrió después de que su película Titanic hubiera logrado apoderarse de once de las estatuillas repartidas esa noche. De este modo, emulando al personaje protagonista de su propio film, expresaba su alegría tras consolidar un clásico del cine que marcó un antes y un después en Hollywood. Logró convertirla en la película más taquillera de la historia, y la industria sólo pudo devolverle el favor con una rotunda victoria en el escenario de los sueños.
Doce años después, en el Hotel Beverly Hilton de Los Angeles, la historia se ha repetido. El éxito arrollador en taquilla de Avatar ha sido todo un respiro a una industria perjudicada por la poca afluencia de público a las salas de cine. Hollywood le devolvió ayer de nuevo el favor a James Cameron otorgándole la victoria en los Globos de Oro.
Avatar conquistó los premios de mejor película dramática y dirección, y la dejó como indiscutible favorita para los Oscar del 7 de marzo. Más conmedido que en aquella triunfal noche, Cameron no dudó en alabar al cine como industria de entretenimiento. "Éste es el mejor trabajo del mundo", dijo el cineasta canadiense. "Lo que hacemos es entretener a una audiencia global, así que os dedico un aplauso a todos", prosiguió el realizador, antes de recordar que su filme tiene un mensaje de fondo: "Todo está conectado, entre nosotros y con la Tierra".
La industria del cine
Anoche, Hollywood tenía una dura diatriba que solventar. La de decidir entre tres películas que marcaban distintos puntos de vista sobre el rumbo que debía tomar la industria de Hollywood. Mientras la aclamada por la crítica, The hurt locker, representaba el auge del cine independiente y comprometido, Up in the air apostaba por el retorno a un modelo clásico reinventado, con películas basadas en guiones tan perfecto como mecanismos de relojes e historias con fondo. Sin adornos ni excentricidades.
Sin embargo, Hollywood ha decidido premiar la nueva experiencia, el cambio en el lenguaje cinematográfico. Y, en definitiva, apostar por el sentido de espectáculo y grandilocuencia que ofrece un producto de masas como «Avatar». La nueva esperanza de una industria que vive angustiada por la pérdida de poder.
Cameron también dedicó el premio a su reparto y al equipo de producción del filme. "Somos familia ahora, os guste o no", apuntó, y sus últimas palabras fueron en el lenguaje de los Na´vy, los androides que le han devuelto a la cima de Hollywood.
En el resto de la noche, la película Resacón en Las Vegas dio la sorpresa en la categoría de mejor película de comedia o musical y se impuso dejando atrás a títulos como 'Nine' -que no recibió ningún premio- o 500 días juntos. Gran parte del elenco de la comedia premiada subió al escenario a recoger el galardón, incluido el boxeador Mike Tyson, que hace un cameo en la cinta. No hubo ninguna sorpresa, en cambio, en el premio a la mejor película de animación, que fue a parar a la alabada cinta de Pixar Up, que toma impulso en la carrera hacia los Oscar, e incluso para competir como mejor cinta con rivales 'de carne y hueso'.
De nuevo el Rey de Hollywood
La banda sonora de Up también le valió un premio a su compositor, Michael Giacchino. El guión de Up in the Air y sus autores, Jason Reitman y Sheldon Turner, recibieron el respaldo del jurado por la versión de la novela de Walter Kirn. En el apartado de interpretación, el veterano Jeff Bridges hizo valer su papel como cantante de country en Crazy Heart para obtener el premio al mejor actor en una película dramática, que en el apartado femenino se llevó Sandra Bullock por su personaje en The Blind Side. Crazy Heart hizo doblete gracias a la canción The Weary Kind y a sus autores, Ryan Bingham and T Bone Burnett, que dejaron en la cuneta a rivales de la talla de Paul McCartney o Bono en la categoría a mejor composición musical original.
Sin embargo, ninguno de los galardonados pudo eclipsar al protagonista de la noche. Cameron se mostraba sonriente en cada plano, disfrutando como espectador de la confirmación de su apuesta. Doce años después, Cameron es de nuevo el Rey de Hollywood. El emperador. El que ha conducido a la industria a un nuevo futuro.