Señal de cambio en Andalucía
Griñán se enfrenta al reto de investirse de liderazgo tras el sondeo que da el primer puesto al PP
Actualizado:Por primera vez un sondeo en Andalucía, no encargado desde una sede partidista sino elaborado por un organismo oficial, coloca al PP por delante del PSOE en expectativa de voto. Después de casi tres décadas de hegemonía socialista, ése es un titular llamado a provocar una convulsión en las organizaciones ante la primera señal de alternancia. Desde luego los gestos inmediatos van a obedecer al guión de los estrategas de marketing electoral -el PSOE infravalorando ese barómetro, el PP sobrevalorándolo- pero nadie podrá obviar estos datos que neutralizan los diez puntos de ventaja de los socialistas en las elecciones de 2008. Naturalmente la encuesta, como cualquier otra, debe ser interpretada con prudencia, no ya por el margen de error sino por el efecto de los factores coyunturales. A mitad de legislatura es pronto para sacar conclusiones, pero sin duda supone una advertencia para los actores del tablero electoral. En definitiva, los sondeos marcan tendencias y he ahí un indicador nada desdeñable. Las cosas parecen estar cambiando, y hay dos circunstancias que sin duda han determinado ese volantazo demoscópico: la crisis económica y el relevo en la presidencia. José Antonio Griñán se enfrenta al reto de investirse de liderazgo en la estela de Manuel Chaves, con la asignatura personal de superar un índice de conocimiento limitado mientras su rival rentabiliza su trayectoria en primera línea desde los años ochenta. Para el líder del PP esto va a resultar un estímulo ante la que quizá sea su última oportunidad. No obstante, el factor central es la crisis y el paisaje humano de un millón de parados. Además, en el corto plazo ha habido otros asuntos que han erosionado la imagen del Gobierno andaluz, como la liquidación de la deuda histórica, un error que sus rivales mantienen en agenda a través de una campaña de publicidad agresiva. A dos años de las elecciones, hay que sacar conclusiones pero con altura de miras en los dirigentes andaluces: el Gobierno debe fijar su prioridad en el empleo y la oposición desplegar una labor crítica de control sin incurrir en el acoso estéril. El legítimo juego político, a pesar de la conmoción por este sondeo, no debería interferir la gestión del interés general.