DONDE LAS CALLES NO TIENEN NOMBRE

ESTEEE... ¡GUAU!

El desembarco del empresario argentino Federico Souza en el Xerez hará que todos aquí acabemos hablándonos de vos La Junta ha ofrecido a sus empleados de Justicia trabajar horas extra por la tarde; quizá debería haberlo hecho con parados

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Según un viejo chiste, así es como ladran los perros en Argentina. Y vamos a tener que ir acostumbrándonos a ese acento lánguido y aterciopelado, vamos a tener que introducir en nuestras vidas palabras como pileta, orto o pelotudo; y, probablemente, terminemos todos en Jerez hablándonos de vos. Eso sí, al Guadalete no lo podremos llamar Río de la Plata hasta que no retiren toda la mierda que arrastra, y me niego a sustituir el Tío Pepe por el mate. Esta argentinización de la sociedad jerezana va a tener su origen en el desembarco del misterioso empresario Federico Souza en el Xerez Deportivo Sociedad Anónima Deportiva. Parece que esta vez Joaquín «sí o sí» Morales ha vendido la entidad. El problema es que no sabemos a quién. Del bueno de Fede sólo conocemos que se va a traer consigo a medio Buenos Aires, que a poco que nos despistemos se juega en Chapín el próximo River-Boca, y que «en los próximos días», según reza en una nota oficial del club, ofrecerá una rueda de prensa para dar a conocer su proyecto. También nos dicen que el nuevo presidente del Xerez es un hombre sorprendentemente joven -unos 33 años- y que ha fabricado su fortuna con ladrillos, es decir, con negocios en el sector de la construcción. Como no. Y también parece que está confirmado que el nuevo entrenador del equipo de nuestros amores será Néstor Raúl 'Pipo' Gorosito, que, con todos mis respetos para él, tiene más pinta de guitarrista de Ecos del Rocío que de entrenador de fútbol. Gorosito viene acompañado de Cacho Borelli, Agustín Buscaglia, Sebastián Somoza y Diego Davobe en el cuerpo técnico y en unas declaraciones que ayer publicaba LA VOZ asegura estar muy ilusionado y convencido de poder salvar al Xerez de la difícil papeleta que tiene por delante. Todo eso está muy bien y, como aficionado xerecista, me llega a despertar, incluso, una vaga esperanza de que todavía podamos quedarnos en la Liga de las Estrellas. Pero como profesional del periodismo debo preguntarme varias cuestiones que en estos momentos no tienen respuesta. Por respeto a los socios, a los aficionados y a toda la ciudad de Jerez, que tanto ha dado a este club en forma de subvenciones municipales, debemos saber los detalles de la operación. Cuánto ha pagado Souza por quedarse con la mayoría del accionariado del Xerez; cuál es su proyecto deportivo y económico, no olvidemos que la entidad está intervenida judicialmente tras declararse el concurso de acreedores; quién le acompaña en esta aventura; cómo estará conformado el nuevo consejo de administración; qué solvencia tiene Federico Souza para garantizar que mantendrá con vida a esta institución; es cierto que el equipo va a ser un mero escaparate en Europa de jovenes promesas argentinas, y así muchas más preguntas que espero pueda responder el flamante dueño del Xerez en los próximos días. Hay otra duda que supongo se quedará sin contestación, y es la referente a los negocios e intereses económicos y empresariales que se esconden tras esta operación, porque el bueno de Fede sabe que con el Xerez, aunque esté en Primera, no se va a llenar los bolsillos. Pero desde el sillón de la presidencia de un club de élite se puede llegar a muchos sitios y despachos importantes. Después de la colección de malandrines -por llamarlos de una manera suave- que han pasado por el club xerecista en los últimos años y que tienen como principales exponentes a pájaros del pelaje de Luis Oliver o José María Gil Silgado, se hace difícil, pero habrá que dar un margen de confianza a estos señores argentinos. Eso sí, que no nos traten como boludos, que ya estamos hartos por estas tierras de que intenten tomarnos el pelo, y estoy seguro que la afición xerecista, si la vuelven a maltratar, ladrará y morderá, y no será tan dulce como los perros argentinos.