La chispa y el «drama» de Mariah
Actualizado: GuardarMariah Carey está que lo tira y a este paso acabaremos viéndola, más pronto que tarde, por los los suelos. Al tiempo. Entre la chispa que tiene -a cuenta de las copas de champán que se toma con el estómago vacío para calmar los nervios en la entrega de premios- y que los diseñadores siguen sin acertar con su figura, la mujer del rapero Nick Cannon anda más prieta de lo normal, desbordando alegría a raudales.
En la línea de celebrities del estilo de Tyra Banks, Jennifer Lopez, Beyoncé o Halle Berry, la cantante de 'Hero' muestra una especial predisposición por 'envasarse' al vacío con modelos que parecen estrangularle las vías respiratorias. En tiempos gélidos como los que corren estos días, la artista estadounidense anda por la vida a -2; es decir, embutida en dos tallas inferiores, como mínimo, a la suya. La noche que le dio más de la cuenta al frasco apenas pudo exhibir el vestido negro, estilo corsé, de sus amigos Dolce & Gabbana y la pesada joyería de Chopard. Y pocas horas después volvió a demostrar su torpeza, aunque esta vez sobria, en una gala para la que apostó por un diseño de profundo escote rematado con una espectacular cola de sirena. A punto estuvo de dar con los morros en el suelo después de que la prenda se enredara en una silla: su marido tuvo que ayudarla a subir al escenario. La diva se despachó a gusto con el maldito vestido, pero tuvo el buen gusto de mantener en el anonimato al creador de la pieza, que catalogó como «un drama».
El problema no tendría mayor repercusión de no ser por su impactante dimensión mediática, directamente proporcional a su voluptuosa figura. Quizá Mariah debería plantearse la necesidad de ampliar su negocio de moda, limitado ahora a la fabricación de cuatro exitosos perfumes, y seguir el ejemplo de Victoria Beckham. La ex Spice Girls ha debutado con éxito con una colección de vestidos, por supuesto, de tallas mini pensados para mujeres, como diría Sofía Loren, que «ayunan hasta la muerte», de lo impresionada que se quedó al ver lo poco que comían Penélope Cruz y Nicole Kidman.
Además de crear una línea propia de ropa para evitar tanto tropezón, no haría mal Mariah en susurrarle al oído a la Beckham aquello de 'ven y cómprame', visto cómo tira de visa la inglesa en sus ociosas tardes milanesas. Así, Carey le daría todavía más alegría a su cuerpo y a su cuenta corriente.