Motor

La constancia de un gran campeón

Tras una jornada final en la que apostó por la prudencia y acabó segundo, se convierte en el primer español en ganar el rally en coches A sus 48 años, Carlos Sainz consigue su primer Dakar al aguantar las embestidas de Al-Attiyah

BUENOS AIRES. Actualizado: Guardar
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Carlos Sainz ya tiene su Dakar, el rally aventura por excelencia. El piloto madrileño se coronaba en Buenos Aires después de aguantar las embestidas del qatarí Al-Attiyah, también de Volkswagen, en la última etapa. Se convierte así en el primer español que gana esta mítica carrera en categoría de coches, tras los éxitos en motos de Marc Coma (2006, 2009) y Nani Roma (2004). La marca alemana consigue una triple victoria y su tercer triunfo en la prueba, tras los éxitos de 1980 y 2009.

Aunque ha tenido que esperar a su cuarta participación pese a que siempre partía entre los favoritos por calidad, vehículo y medios económicos, une el 'Dakar sudamericano' a un palmarés en el que ya relucían dos ediciones del Mundial de Rallys (1990 y 1992), donde sumó otros cuatro subcampeonatos.

En la jornada final, Al- Attiyah invirtió un tiempo de una hora, 19 minutos y 42 segundos, apenas 36 segundos inferior al establecido por el corredor madrileño, segundo pese a no asumir riesgo alguno. Se impuso con un tiempo global de 47 horas y 10 minutos, con una ventaja de tan solo 2'12'' sobre su 'colega' y de 32'51 sobre otro compañero de equipo, el estadounidense Mark Miller (VW).

'¡Por fin!'. Ese debió ser el grito de alegría que profirió Carlos Sainz tras conquistar el rally más afamado del mundo: el Dakar. A sus 48 años el madrileño demostró que mantiene al volante los reflejos, la ilusión y motivación de un chaval. Le es indiferente competir en el desierto de Atacama que en el asfalto de Cataluña o en la grava del Acrópolis griego. Su facilidad para adaptarse a cualquier superficie y exprimir al máximo la mecánica de su coche es espectacular. La constancia y fuerza de voluntad para levantarse con más fuerza después de cada revés en los circuitos, la clave de su éxito.

El squash, deporte del que se proclamó campeón de España en 1979, estuvo a punto de privar al mundo de los rallies de todo un referente. Pero los consejos de su hermano Antonio y su amigo Juanjo Lacalle le hicieron ver las posibilidades de las cuatro ruedas. En un mundo dominado por los pilotos nórdicos, el madrileño se hizo un hueco hasta convertirse en una estrella. Dos campeonatos del mundo (1990-1992), cuatro subcampeonatos (1991, 1994, 1995 y 1998) y 26 victorias en su laureado palmarés avalan a uno de los grandes pilotos de toda la historia.

El primer éxito llegó con el triunfo en el rally de Acrópolis en 1990 a los mandos de un Toyota. Con Luis Moya como copiloto durante 15 años, fue el primer español en subirse a lo más alto de un podio. Después llegaron los triunfos en Nueva Zelanda, el RAC y el 1000 Lagos finés. Estas victorias le permitieron conquistar el campeonato. Pese a ganar cinco pruebas no logró revalidar el título. Pero en 1992 volvió a coronarse. Fueron los años hegemónicos del madrileño, apodado 'El matador' por sus compañeros.

Después llegó su paso aciago por Lancia, Subaru y Ford. Fueron los años oscuros, donde los coches no estaban a la altura del piloto. Pero la travesía se hizo más llevadera gracias a discretos pero importantes triunfos en algunos rallies. En 1998 regresa a Toyota, la escudería que le vio nacer y convertirse en un grande. En el equipo nipón vuelve a luchar por un título que acarició con los dedos hasta que se cruzó con el infortunio. El recuerdo de Sainz siempre estará asociado a la fatalidad y mal fario después de que su Toyota Corolla le dejara tirado a falta de 500 metros para cruzar la meta y proclamarse campeón. El mítico «trata de arrancarlo, Carlos, por Dios» de Luis Moya dio la vuelta al mundo.

En 2004 anuncia su retirada tras 20 años vinculado a los rallies. «Es un buen momento para dejarlo», aseguró el madrileño. Tras entregarse dos décadas al motor, decidió pasar más tiempo con su familia. Sin embargo, la tregua sólo duró dos años, ya que el espíritu aventurero del madrileño le llevó a emprender el sueño del Dakar. En 2006 se adjudicó cuatro etapas aunque terminó lejos en la general. Los problemas mecánicos impidieron que luchara por el título un año después. Su leyenda de gafe aumentó en la edición precedente, cuando en tierras argentinas su vehículo se desplomó por un terraplén a falta de dos etapas para conquistar el rally. Lejos de hundirse, Sainz se rehízo y afrontó con más ímpetu la presente edición. Su constancia, esfuerzo y dedicación han tenido recompensa.

Despres recupera su corona

El francés Cyril Despres se adjudicó su tercer Dakar en motos tras una última etapa que ganó su mochilero, el portugués Rubén Faria. La privilegiada posición del monarca en 2005 y 2007, y segundo el año pasado, cuando por primera vez esta carrera-aventura tuvo lugar en Sudamérica, no se ha visto nunca amenazada.

Durante este Dakar, el francés de 35 años estuvo al frente de la clasificación general desde la tercera fracción. Se impuso en las etapas tercera, entre las poblaciones argentinas de La Rioja-Fiambalá; séptima, entre las ciudades chilenas de Iquique y Antofagasta, y novena, entre Copiapó y La Serena, también en Chile. Por tanto, un éxito incontestable. El galo desató su euforia tras imponerse en este Dakar «duro y hermoso».