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El Athletic salió victorioso en un vibrante encuentro. :: EFE
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Frenazo a las intenciones madridistas en San Mamés

Fernando Llorente adelantó al Athletic a los dos minutos de juego, al tiempo que el Real Madrid se estrelló ante Gorka Iraizoz

I. TYLKO
BILBAO.Actualizado:

Un Athletic bravísimo, fiel a su estilo de toda la vida y apoyado por una hinchada volcada con la causa, supo llevar al Madrid a su terreno, ganarle y dejarle tiritando, a merced del Barça. Con orden, entrega, disciplina férrea y un Iraizoz inmenso, casi tanto como el Palop de la Copa ante el Barça, los de Caparrós convirtieron en oro el tempranero gol de Llorente en un saque de esquina fatal defendido por los de Pellegrini.

El Madrid de los tres galácticos no se arrugó en San Mamés, metió la pierna, bregó, corrió buscó el gol y dispuso de un puñado de buenas ocasiones, pero su fútbol no le llegó siquiera para empatar en un escenario en el que se criticó el punto logrado por el Barça. Se quedó a cero en Pamplona y también en Bilbao, donde los merengues habían salido victoriosos en los últimos años. Malos síntomas de un equipo que echó de menos a Higuaín, el menos mediático de todos sus delanteros pero, hoy por hoy, el más resolutivo de todos sus delanteros.

Salida en tromba

A la primera de cambio, Gurpegui disparó al palo y Toquero volvió a estrellar su disparo contra la madera en el rechace. Una ocasión impensable, de las que no pueden fallarse, de las que marcan cualquier partido ante los grandes. Menos mal para los vascos que el Madrid se durmió en el primer córner. Una tradición, una costumbre, un fallo recurrente. Yeste tocó desde la esquina, Lass peinó en el primer palo, como si hubiera ensayado con los rojiblancos a puerta cerrada, y Llorente remató sin oposición.

Al Madrid primero le perjudicaron los constantes parones y cuando al fin encontró resquicios, se topó con un Iraizoz inmenso que desvió sendos disparos de Benzema, uno con cada pierna, otro de Xabi Alonso y un extraño remate de Cristiano, con el que además se tropezó en área pequeña. Todo ello sin olvidar un remate del galo que repelió el palo.

Poco cambió el panorama en la segunda mitad. Se rondó el empate pero casi siempre mediante tiros lejanos que una y otra vez desviaba Gorka. Ni con Guti, primero, Granero, a continuación, y Raúl al final, el Madrid halló remedio para una derrota dura.