LA HOJA ROJA

'PREMONITION'

No era creíble la imagen en la que María del Mar Moreno y José Antonio Griñán repartían los primeros ordenadores gratis a los niños de un colegio en una de las zonas más deprimidas de Sevilla

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Nos han dicho tantas veces que una imagen vale más que mil palabras, que sin estar convencidos del todo, lo hemos asumido como parte del juego de la normalidad. «Ver para creer», «Si no lo veo, no lo creo», decimos, como aquel otro que subió a los altares «porque me has visto has creído». El terremoto de Haití no ha sido una tragedia hasta que empezaron a llegar las primeras fotos en las que Puerto Príncipe no era más que un cementerio de vidas y escombros. Lo vemos, sí, y porque lo hemos visto, lo hemos creído.

Esta semana, ya lo saben, ha venido cargadita de imágenes. Una semana que nos ha dejado varias fotos para perder la fe. Fotos que nos recuerdan que los dichosos son los que creen sin ver, fotos que necesitan más de mil palabras que las expliquen. Mariano Rajoy, para qué vamos a obviarlo, es especialista en esto de la imagen sin sonido que tan malos resultados le está dando, -bueno, con sonido los resultados son peores, no nos equivoquemos. Si en Navidad se hacía una foto en un comedor social al más puro estilo Paris Hilton en Beverly Hill, con un ridículo mandil y una pata de pollo en la mano dispuesto a cocinar -primer fallo, eso no se lo cree nadie- para los menesterosos del mundo, la semana se despertaba con una instantánea del presidente del Partido Popular en la cola del paro. Entre sorprendido y asustado aparecía Rajoy ante una oficina de empleo -cerrada, por cierto- pasando revista a las tropas de desempleados que, aguantando un frío de espanto empeñado en desacreditar a Gore, esperaban que la rueda de la fortuna se parara en su casilla. No convencía. Leire Pajín hablaba de un acto «totalmente impúdico» el de Rajoy con una foto «extraña». Tampoco es para ponerse así, Leire, que de impúdicos y extraños están los ministerios llenos. Pero algo de razón tiene. No era una imagen creíble, la verdad. Aunque podría ser una premonición de lo que puede llegar a suceder, quién sabe.

Como tampoco era creíble la imagen más esperada de la semana. La foto en la que María del Mar Moreno y José Antonio Griñán repartían los primeros ordenadores gratis a los niños de un colegio del Polígono Sur de Sevilla, una de las zonas más deprimidas de la ciudad. Un niño, convenientemente pixelado, intentaba comprender cómo demonios se utiliza el Guadalinex mientras los padres -parecen más abuelos- de la patria se lavaban su conciencia regalando unos pequeños aparatos verdes -el color institucional de la Junta- con una pantalla enana para que los niños como el de la foto digan que están en la Escuela 2.0, algo que a los niños como el de la foto y a sus padres les debe resultar como tener un tío en Graná. Lo mejor de la fotografía, ya les digo, no son las caras entre abuelito pudiente y ropero de la caridad que lucen el Presidente de la Junta y su Consejera, sino la carta que María del Mar Moreno ha enviado a todos y todas las familias que hemos sido gozosamente agraciadas con uno de estos chismes. Si la foto no tiene explicación, de la carta ni les cuento. Porque atrapados en el laberinto morfológico de la corrección lingüística, hay que leerla un par de veces para llegar a la conclusión de que no quiere decir nada. «La Junta de Andalucía ha decidido facilitar, de modo gratuito, un ordenador portátil y una mochila para su adecuado transporte a todo el alumnado de 5º y 6º de primaria tanto de los centros públicos como concertados» empieza el escrito. Muy bien. Y continúa «familiarizar a nuestros jóvenes con el uso de las nuevas tecnologías es un objetivo inaplazable para su desenvolvimiento en la sociedad del conocimiento en el que ya habíamos dado pasos firmes. Con este nuevo e importante esfuerzo económico queremos que la base tecnológica de la formación se refuerce y sea accesible a todos y a todas, sin discriminación alguna». Preguntas: ¿Qué pasos ha dado la Junta para eso que dicen? ¿Qué formación es la que dicen que van a reforzar? ¿Qué objetivo es el que pretender alcanzar y para qué? Y dice la Consejera al final de la carta: «Son muchos los aspectos que redundan en el éxito escolar, y en todos ellos trabajamos para mejorar. Desarrollar la competencia digital de nuestro alumnado es uno de ellos». Jajajaja. Las risas no forman parte de la carta, son añadido de cualquier padre/madre, hijo/hija de esta bendita tierra que encabeza las listas del fracaso escolar de la Europa que presidimos. Ya les contaré cómo acaba esto de los ordenadores, si es que algún día le dan el que le corresponde a mi hijo, que no estudia en una escuela 2.0, sino en un modesto colegio concertado de esos que los padres nos empeñamos en elegir desdeñando los planes de modernización de la Junta de Andalucía.

Y hay más fotos. No se crean. Están las comprometidas fotos de Tamara Falcó y Luis Medina -ya saben, el hijo más guapo de Naty Abascal- que fueron robadas en la nochebuena de la guantera del coche del guapito que se lo había dejado abierto y que fueron a parar a un cajón de la revista del corazón que más vende en este país. Están las fotos de Mrs. Robinson y su 'petitsuisse' haciendo carne la canción del Graduado «Heaven holds a place for those who pray», para los que rezan y para los que creen sin ver, ya les dije al principio.

Y hay más palabras. Palabras que pueden ser circunstanciales, pero que honran a quien las dice. Eduardo Mendoza también habló esta semana, inaugurando un ciclo de conferencias en la Biblioteca Provincial para decir con valentía lo que otros no se atreverían «cada cosa tiene su tiempo» dijo mientras confesaba «El cuerpo me pide poco, la verdad... La que me pide es la cuenta corriente, que va adelgazando». Como premonición no está mal.