ESPAÑA

Cospedal desempolva la idea de un Partido Popular de «centro derecha»

Arenas discrepa y defiende que «ahora más que nunca» el partido debe ir por la senda centrista que marca Rajoy

PALMA DE MALLORCA Actualizado: Guardar
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. María Dolores de Cospedal rescató ayer el término «centro-derecha» para definir el espacio político del PP. Un «centro-derecha» en términos «políticos e ideológicos», aunque siempre, dijo, desde la «moderación». La secretaria general del PP realizó estas reflexiones en Palma de Mallorca, durante la jornada inaugural de la XV Asamblea interparlamentaria.

La número dos del partido opositor olvidó así de un plumazo años de definición centrista del PP. José María Aznar fue el principal valedor de esa definición ideológica y hasta consagró un congreso del partido en 2000 a sentar esas bases ideológicas. Desde entonces, todos los dirigentes populares ha reivindicado el espacio del centro reformista para su partido sin mención alguna a la derecha conservadora, encarnada en el pasado por la Alianza Popular de Manuel Fraga.

Esta acepción de centroderecha no la comparten otros miembros de la dirección nacional del partido. El vicesecretario de Política Territorial y líder del partido en Andalucía, Javier Arenas, eludió a valorar las razones que llevaron a Cospedal a utilizar este término, pero se mostró tajante al afirmar que «ahora más que nunca», el PP debe transitar por la senda ideológica del centro.

Para no tensar los ánimos en el cónclave parlamentario, Arenas restó importancia al matiz introducido por su superior en la cúpula del partido y recordó que Rajoy ha dado sobradas muestras de que propone políticas con un marcado acento centrista y reformista.

La número dos del PP situó a este partido de «centro-derecha» en las expectativas que reclaman la «mayoría natural» de los españoles frente a un PSOE que se limita a «enfrentar a los ciudadanos» con el único objetivo de «mantenerse en el poder». Aseguró así que, en la actualidad, España tiene dos clases de problemas: «Los que crea Zapatero y los que agranda Zapatero».

Abundó, al hilo de esta reflexión, que a la crisis económica que azota a España se une ya una «crisis social», que atribuyó a la «manipulación institucional» y al «recorte de libertades» que, a su juicio, practica el Ejecutivo socialista. «Sin seguridad política nunca habrá seguridad económica», sentenció.

La secretaria general del PP, que criticó el «acoso» al que a su juicio el Gobierno somete a su partido, aderezó su razonamiento con alusiones ya conocidas. Lo acusó de propiciar las «filtraciones» de secretos de sumarios judiciales «siempre que afecten a miembros del PP» y calificó de «vergüenza» que un ministro del Interior -en alusión a Alfredo Pérez Rubalcaba- diga «que oye todo lo que dice» un parlamentario de la oposición, en alusión a la polémica que mantuvo con el vicesecretario de Comunicación de los populares, Esteban González Pons, a propósito de las supuestas escuchas a dirigente opositores. «¿Qué hubiera pasado si esto lo hubiera dicho un ministro del PP?», acotó.

Presidencia europea

Cospedal, en la misma línea expresada por miembros de su partido durante los últimos días, negó que hayan violado el pacto suscrito entre PP y PSOE en relación a la Presidencia española de la Unión Europea. «Este partido -alegó con ironía- no tiene la culpa de que España cuente con un presidente ligeramente imprudente».

En este punto abundó en la controversia sobre la defensa de Zapatero a sancionar a los miembros de la UE que incumplan el objetivo de déficit marcado por la Presidencia española de turno, idea censurada por otros miembros de su propio Gabinete.

Tras la intervención de la secretaria general del PP, los asistentes a la interparlamentaria escucharon los informes de los tres portavoces parlamentarios, Jaime Mayor Oreja, Pío García Escudero y Soraya Sáenz de Santamaría, portavoces de los grupos populares en el Parlamento europeo, Senado y Congreso, respectivamente,

Soraya Sáenz de Santamaría, comparó la política de Zapatero con la 'fast-food': «Muchas calorías y pocas vitaminas». Comentó, igualmente, otros asuntos de la actualidad, como la medida aprobada por el Ayuntamiento de la localidad barcelonesa de Vic, por la que prohíbe empadronarse a los inmigrantes en situación irregular, y reprochó al Gobierno socialista que haya pasado del «papeles para todos al padrón para nadie».

La portavoz del grupo del PP en el Congreso denunció también «la 'fast' política» del jefe del Gobierno español antes de incidir en que la rectificación se ha erigido en el «manual de estilo» del Ejecutivo.

Sáenz de Santamaría fue contundente a la hora de afirmar que Manuel Chaves sólo tiene dos caminos: «O dar explicaciones y dimitir o dimitir y dar explicaciones», tras «haber mentido» al Congreso en relación a la subvención que la Junta de Andalucía otorgó a una empresa en la que trabajaba una de sus hijas.

La dirección del PP entiende que el paro, como principal preocupación de los españoles, será un termómetro preferente a la hora de diseñar sus políticas de oposición.

Pío García Escudero comentó que el desempleo quita el sueño a los españoles, pero no al Gobierno, «a juzgar por su pasividad y sus miopes medidas».

El portavoz en el Senado advirtió a los suyos de que el PSOE dedicará grandes esfuerzos a evitar que se hable del paro «por eso -dijo- se afanan tanto con los maquillajes estadísticos, y por eso se ofenden cuando los parados salen en la fotografía», en referencia a las críticas que recibió Mariano Rajoy por fotografiarse en una cola del INEM con desempleados.

Durante la primera jornada de la interparlamentaria popular también se puso en evidencia que este partido quiere abrir una nueva página en Baleares y olvidarse, de forma definitiva, del pasado que encarna Jaume Matas, acosado por diversos casos de presunta corrupción.

La dirección regional apoyó en Palma de Mallorca a los nuevos dirigentes del partido, sin mencionar los casos judiciales que señalan a ex dirigentes del PP. Es más, De Cospedal auguró que en 2011, el PP volverá al gobierno autonómico en las Islas Baleares y pondrá fin «a la macedonia de partidos» que mandan ahora en la isla «que se tapan sus corruptelas».