El Barça no aparca la Liga

El Barça se proclamó campeón de invierno a falta de una jornada para el término de la primera vuelta al derrotar 4-0 al Sevilla y aventajar ya en cinco puntos al Madrid, que cayó en Bilbao. El equipo azulgrana vengó su KO copero, pero no disfrutó hasta la segunda parte. Se estrelló ante un Palop sensacional, como el miércoles, y sólo respiró en los últimos minutos cuando Pedro sentenció tras un autogol de Escudé. Messi se sumó a la fiesta al final con dos dianas, lleva 101 oficiales con el Barça y se coloca 'Pichichi'.

Desde el primer minuto dio la sensación de que el Sevilla salía al campo a recibir la menor cantidad de goles posible, con muy poca ambición ofensiva y sin presionar arriba como en la Copa. Replegado en su campo, protegiendo a un Palop que se crece ante el Barça, se armó de paciencia y carácter para recibir las embestidas del equipo azulgrana. Y éstas no tardaron en llegar pese a que el Barça, quizás acusando el desgaste del miércoles, no carburó con su velocidad habitual. Sólo Iniesta desequilibraba e inventaba algo distinto. En punta tres casos distintos: a Messi le podía la ansiedad de superar de una vez por todas a Palop, su bestia negra; a Ibrahimovic le abandonaba su instinto; y a Henry se le miraba con lupa tras su desacierto en los últimos partidos.

Una sentencia esperada

Así, con poco ritmo, pero con dominio, el Barça creó hasta cinco ocasiones claras que no supo materializar. Ibrahimovic perdonó a un metro de gol por no esperar el único fallo de un gran Dragutinovic, Henry se encontró con la buena salida fuera del área de Palop, el mismo que voló a la escuadra para neutralizar una vez más en enero a Messi y que tuvo toda la fortuna del mundo en un cabezazo a bocajarro de Puyol. Y Alves disparó al lateral de la red tras una obra de arte de Iniesta. El Sevilla se sintió fuerte al comprobar la falta de puntería azulgrana, juntó todavía más sus líneas hasta el descanso y siguió rezando para la segunda parte.

Jiménez vio que el Barça liguero acusaba el cansancio y en la segunda parte dio entrada a Duscher y Capel por los jóvenes Valiente y José Carlos. ¿Por qué no aspirar a más? Algo sí cambió.

Koné lo intentó con una buena acción nada más comenzar la segunda parte, pero Valdés reaccionó con reflejos en su primera aparición en el partido, ya sin Puyol, que se fue lesionado. Sin embargo, misterios del fútbol, cuando más ambición mostró, al Sevilla le cambió la suerte de los últimos días. Un remate en semifallo de Piqué fue desviado hacia su propia portería por Escudé en el minuto 48.

El 1-0 reanimó al Barça, que buscó la sentencia inmediata con jugadas eléctricas de Messi y Henry, en dos ocasiones cada uno, que Palop, a la suya, despejó. Guardiola debió pensar que contra un portero en estado de gracia lo mejor es utilizar al delantero elegido por el destino: Pedro. El canario entró por Henry y nada más salir se encontró con otra parada de Palop, pero a la segunda, tras sensacional asistencia de Xavi, picó el balón sobre la salida del guardameta con calidad para firmar el 2-0 y la sentencia.

Messi, con todo decidido, se arrancó la espina ante Palop para lograr dos goles más.