El técnico del cien

De las múltiples o no tan múltiples alternativas que tenía Antonio Muñoz para hacerse cargo del Cádiz está claro que ha optado por la opción más segura. Si repasamos la historia amarilla surgen muy pocas dudas sobre el mejor técnico. Está claro que Víctor Espárrago es el preparador más cualificado que jamás haya pasado por Carranza. Las estadísticas no engañan a nadie. Consiguió la mejor clasificación en Primera División con el submarino y en Segunda lo hizo campeón. Mejores números es díficil encontrar.

Pero su contratación merece una reflexión profunda, mirando hacia atrás. Y no lo hago precisamente para expresar mi opinión sobre la marcha de Javi Gracia. Columnistas de este periódico ya lo han realizado de manera muy acertada y como coincido con ellos, mi punto de vista ya está de más en todo este asunto. Así me evito también, dicho sea de paso, otorgar más protagonismo a quienes de forma indirecta han tratado de condicionar la decisión del Consejo desde el partido de Marbella en la temporada pasada.

Mi paseo por el tiempo me lleva a la temporada 2007-2008 a estas mismas alturas del campeonato. Por entonces, el jugador franquicia del club, Lucas Lobos, era traspasado al Tigres de México. Se habló de un acuerdo entre caballeros, de una decisión consensuada entre todas las partes. Pero a todos nos asombró que se desprendiera de él. Sin embargo, a los que así lo determinaron no les tembló la lengua a la hora de lamentarse de la mala suerte que tuvimos con el penalti de Paz. Está claro que le dieron más importancia a un error humano que a una decisión consensuada.

Dos años después parece que todos han aprendido y en lugar de dejar marchar a un jugador franquicia han optado por traer al técnico franquicia. Una apuesta en la que va a ser complicado equivocarse porque por conocimiento lo lógico es que salve al equipo para que luego le pongan sobre la mesa el proyecto del Centenario.