Jerez tiene un color especial
Actualizado:Jerez se acuesta en 2009 con un cielo gris y lluvia a prueba de paraguas y se levanta en 2010 con unos presupuestos que sonrojan al más 'pintao'. Toda una declaración de intenciones en época de crisis, validado por la democracia del número y las soluciones a saldo. Poco queda ya de esa ciudad de esplendor que soñaban nuestros abuelos almohades, una ciudad fortificada más preocupada por su interior que por la belleza de sus fachadas, más preocupada por el sonido de sus fuentes que del deleite de visitantes.
Jerez se empantana con políticos de escasa valía profesional, una sociedad civil medicada ante la dura realidad y una prensa adormilada con altas dosis de risperidona. Jerez se convierte en un vertedero de conciencias incapaz de reaccionar ante los más de 28000 desempleados que retumban nuestras vergüenzas, acompañado por el silencio mediático de sindicatos serviles e indolentes y un movimiento vecinal casi inexistente. Ojalá nacieran nuevos Sebastián González y Pedro Palma aunque fuera in-vitro.
La ciudad se rompe, se quiebra, se hunde en un mar de conformismo, de mediocridad enmascarada con la inhibición que produce el fino de Jerez. Que bonita y falsa es nuestra ciudad en Madrid cuando vamos a Fitur. Lástima de no vivir en esa ciudad de hadas allí presentada y montar en caballo árabe todo el día. Lástima que los jerezanos tengamos que limpiar la mierda de esos bellos equinos y de camino pagar las dietas de nuestros representantes.
Jerez o mejor dicho sus habitantes, tienen los políticos que se merecen, eso no me cabe la menor duda. Y es que ser político en nuestra ciudad es como ser perro en el Parque de la Plata o Eduardo Delage. Toda una zona verde para campar a tus anchas y sin bozal, sólo tienes que esquivar mierdas mientras andas para que no te salpiquen y en el peor de los casos mirar a otro lado para no ver nuestras vergüenzas.
Nuestro Ayuntamiento se ha convertido en la mejor empresa jerezana, todo una paradoja, en ocasiones más preocupada por los grafiteros (no seré yo quien los defienda pero prefiero la protesta de spray) que por tapar los indecentes sueldos de nuestros gobernantes, eso sí que me resulta escandaloso.
No sería justo dejar al margen mi responsabilidad como habitante de esta bendita ciudad, y es que somos capaces de lanzarnos a la calle para festejar el ascenso del Xerez CD y montar plataformas para reivindicar la mejor gestión de una empresa privada (aunque con subvención pública) pero incapaz de levantar la voz o coger el lápiz para protestar por la nefasta gestión municipal. En Jerez nos invade el gen de lo inmediato, la nevera llena y el canal de pago para ver el fútbol y esperamos las respuestas antes de platearnos las preguntas. ¿Qué pasará cuando se terminen las prestaciones, cuando no exista suelo para poner ladrillos ni paredes para pintar-con brocha gorda- por supuesto? Nuestro futuro o presente dependerá de la ciudad fantasma del flamenco o de una de las mentiras bien contadas como el parque agropecuario, o de poner churros con chocolate a nuestros amigos alemanes (a mucha honra) que visitan nuestra bodegas o lo que queda de ellas. Y es que como dice mi 'cuñao': Juan en Jerez nos comen las moscas de caballos, claro.
Mientras, desde el sofá, como buen jerezano, espero que se encarne el Dr House que nos saque de esta enfermedad endémica en que se ha convertido la política jerezana. el Xerez CD que no me lo toque nadie que me voy a Dos Hermanas a protestar. .. cosas de Jerez.