Por favor

Este es un mensaje para las autoridades. Las sanitarias, no; las que en ocasiones nos quitan la salud. O sea, los capos de la política y de los medios de comunicación. Creo que estoy hablando en nombre de un colectivo grande, más numeroso de lo que las apariencias muestran. Yo he visto muchos sudores de patilla y cuellos con tres nueces cuando se empieza a mover el aparato. Por favor, y me pongo de rodillas si hace falta: intenten, en la medida de lo posible, no abusar de las noticias referidas a los controladores aéreos. Piensen que hay gente, como el menda, que sufre eso que se llama 'miedo a volar', que en realidad es miedo a que el avión deje de volar.

Me da igual que los controladores cobren más que Cristiano Ronaldo en calzoncillos. Es un dato insignificante si tengo en cuenta que son los encargados de ayudar a bajar del cielo un pedazo de hierro cargado de gente en un día de viento, por poner un ejemplo. Y, por supuesto, no me hace mucha gracia saber que los controladores aéreos están descontentos, o que pierden la concentración. Como supongo que no le gustaría a nadie escuchar que el anestesista, el señor que te va a 'matar por horas' para luego resucitarte, está en convenio de regulación o con desidia laboral por enfado con el director del hospital.

No sé qué reacción esperan de la ciudadanía cuando desvelan los sueldos de estos trabajadores; yo le pagaría incluso más, sobre todo cuando vuelo yo. Vamos a hablar claro: ¿cuántos concejales no ganarán lo mismo con sus trapicheos legales? Esta moda que hay ahora de publicar los salarios haciendo gala de una trasparencia ejemplar está bien, pero deberían enseñar toda la verdad: las dietas, las empresas colaterales, las subcontratas a cuñados, la información privilegiada que se transforma en dinero en unos pocos años, etc. Porque, sí, es cierto, tengo miedo a volar. Pero cada vez tengo más miedo a quedarme en tierra. Pasen buen día, incluso si vuelan.