Vuelve la alerta en la zona rural ante otro posible desbordamiento del río
El nivel se situó ayer en 4,77 metros y el Consistorio volvió a recomendar el desalojo de las viviendas en lugares inundables
JEREZ.Actualizado:El Guadalete no da tregua a la zona rural jerezana y amenaza nuevamente con desbordarse. Cuando aún no se han recuperado del todo los vecinos y en medio de la polémica desatada en torno a la actuación municipal durante el temporal, el río no entiende de historias y vuelve a tomar posiciones en su peligroso avance ante la preocupación de los ciudadanos.
En la mañana de ayer, la delegada de Medio Rural, María del Carmen Martínez, se encargó de advertir a todos los delegados de Alcaldía afectados de que el cauce podría situarse en los seis metros (cabe recordar que la máxima subida se registró el pasado 26 de diciembre, cuando se llegó a los 6,59 metros).
Unas previsiones que obligaron a reactivar el Plan de Emergencia municipal sobre todo en lo que se refiere a la prevención, con la recomendación incluso de que las viviendas situadas en zonas inundables fueran desalojadas. Aún así, no se produjo el traslado de ninguno de los posibles perjudicados, que sí permanecieron en alerta durante toda la jornada en la que cayó algo de lluvia, pero de carácter débil.
Activación del Plan
A última hora de la tarde el río se situó en los 4,77 metros, lo que supuso un alivio para toda la zona. No obstante, y a pesar de que tampoco se prevén lluvias de importancia durante hoy y mañana, el Ayuntamiento ha decidido mantener el citado plan por si ocurriera cualquier imprevisto.
Cabe recordar que el pantano de Bornos continúa desembalsando, pero a un ritmo mucho menor que en los últimos días, con 50.000 litros por segundo. Del mismo modo, la Dirección General de Tráfico mantiene parcialmente cortadas las carreteras CA-4107 y CA-3113.
En cuanto a los vecinos afectados, ayer se notaba una cierta calma con respecto a situaciones anteriores, aunque el temor lógico en
estos casos acaba floreciendo. Así se percibió en barriadas como La Ina y La Greduela, donde ya controladas las viviendas los residentes tenían miedo de lo que pudiera volver a ocurrir con el campo y el ganado.
Por ello, muchos fueron los que pusieron a salvo a los animales e hicieron lo que pudieron por organizarse ante un posible desastre, ya que como sentenció la delegada de Alcaldía de La Ina, Mónica Castellet, «esto desgraciadamente va a convertirse en rutina». En Las Pachecas, donde a este paso la veintena de familias desalojadas permanecerá en el exilio al menos un mes más, lo que temían era que el agua afectara a los cimientos de las casas, puesto que su interior ya está inundado.
Llamativo resultó el caso de El Portalillo, donde los vecinos decidieron poner sus muebles a salvo, colocándolos en andamios sobre las viviendas. Para el día de hoy tienen previsto valerse de una grúa con la que colocar sacos de arena en de las correntías localizadas, para que el agua no pase y no vuelva a causar estragos.