Economia

Los controladores censuran que Blanco les enfrente a los viajeros

El sindicato mayoritario entre los 'vigilantes del cielo' denuncia que sufre una «campaña de desprestigio y manipulación»

MADRID. Actualizado: Guardar
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Lejos de defender sus sueldos millonarios, cuestionados por el ministro de Fomento, José Blanco, los controladores aéreos han plegado velas, al menos las mediáticas, y se han encerrado en sus torres de control.

El sindicato mayoritario en el sector, el USCA, afirma que los 'vigilantes del cielo' tienen miedo y denuncia que las críticas recibidas por el colectivo en las últimas semanas «están poniendo en peligro», incluso, su «integridad física». Algo bastante difícil de justificar, puesto que estos profesionales, a diferencia de las azafatas, los pilotos o el personal de Aena con sus chaquetas verdes, circula por los aeropuertos vestidos de 'civil'. Nada les identifica a primera vista como responsables de la torre de control. De hecho, aparcan sus vehículos -gracias a uno de los muchos derechos que les otorga su convenio- en una zona restringida de los aeropuertos. En un escueto comunicado, y después de silenciar los canales habituales de comunicación, el USCA reitera su voluntad de negociar con la empresa.

Al tiempo, la formación «lamenta la campaña de desprestigio público y manipulación puesta en marcha contra los controladores aéreos y apela al sentido de la responsabilidad de todos». En su defensa, el sindicato argumenta que el trabajo de los controladores exige un elevado nivel de concentración y serenidad «que en nada se ve beneficiado por una situación de presión social y laboral como la que se está soportando».

La reacción llega después de que José Blanco expusiera los millonarios sueldos de estos profesionales en sede parlamentaria y achacara en parte al alto coste salarial de las torres de control la necesidad de reformar la empresa pública en busca de una mayor eficiencia y eficacia económica.

Controladores y Aena siguen negociando los términos del II Convenio Colectivo, con la premisa por parte de la compañía pública de ahorrarse en sueldos de controladores unos 500 millones de euros en los próximos cuatro años.

Aena necesita recuperar el mando en plaza en las torres de control, perdido tras años de concesiones de éste y anteriores Gobiernos. Los 'vigilantes del cielo' no están dispuestos a perder privilegios y la discusión se presenta complicada.

Blanco ya ha advertido que no le temblará el pulso si tiene que tomar alguna decisión drástica pues su obligación, ha recordado, es «la defensa del interés público».

La pelea llega en un muy mal momento para los aeropuertos españoles, que este año perderán más de 500 millones, con una deuda de otros 12.700. Está previsto que en 2010 sólo una decena de aeródromos logre un resultado operativo positivo y Fomento necesita recurrir al capital privado. Para ello, Blanco ha optado por privatizar un 30% de la parte de gestión aeroportuaria para mantener en manos públicas el control aéreo. Aena explicó ayer que sus instalaciones perdieron 16,5 millones de pasajeros en 2009 frente al ejercicio anterior, un 8,1% menos.