![](/cadiz/prensa/noticias/201001/14/fotos/1496106.jpg)
«Me echan porque el club cambia de dueños»
José Ángel Ziganda se despidió reconociendo sus errores y las carencias que tiene el club
JEREZ. Actualizado: GuardarJosé Ángel Ziganda llegó a la sala de prensa, ya sin ningún distintivo del Xerez, pero lo hacía con normalidad, sin el habitual gesto triste de estos casos, más bien todo lo contrario, con un aire de frescura, pues había comprendido perfectamente las explicaciones que le habían dado para prescindir de sus servicios: «Imagino que ha sido por los resultados deportivos», comentó con la boca pequeña antes de ofrecer la versión oficial que le habían puesto a él sobre la mesa: «La explicación que me han dado es que hay un cambio de dueños en el club y ellos han decidido darle un giro a la dirección deportiva del primer equipo. Esto me lo han dicho ellos».
Por tanto, no le ha llegado a sorprender que le echen cuando acumula siete derrotas consecutivas y sólo ha sumado siete puntos. «Esto es fútbol y está claro que cuando hay un cambio en los dueños del club o, como en este caso, cuando no llegan los buenos resultados, es una decisión que se puede producir. Los resultados mandan y en este caso no estaba siendo positivos. Estoy triste pero es algo con lo que tenemos que saber convivir».
Cambio de dueños
«Es normal que el nuevo propietario marque las líneas»
¿Y que hubiera ocurrido si los nuevos dueños llegan antes? ¿También le habrían despedido antes? «No lo sé. Son todo especulaciones. Probablemente sí hubieran cambiado de entrenador si el cambio de dueños se produce hace dos meses porque normalmente se producen cambios en las directrices del club. Es lo normal, que el nuevo propietario marque las líneas y ponga a su gente».
Pese a que se lo viera venir, reconoce que se va con «una sensación triste por no haber cumplido unos objetivos y sobre todo por la gran ilusión y la gran afición que he visto en el tiempo que he estado aquí. Cuando ves que tanta gente tiene tanto ánimo y estaban esperando que lográramos unos objetivos que no hemos sido capaces de conseguir, nos vamos triste».
También abandona el Xerez con la sensación de que era «difícil» remontar la situación. «Estábamos esperando un golpe de confianza, de moral, de fortuna para ver si terminábamos de arrancar», argumentaba el técnico. «Está claro que el equipo no estaba muy fuerte de moral, pero sí con muchas ganas y disposición. Estaba complicado pero la esperanza era lo último que se pierde. Lo que hablamos el lunes es que había que salir como lo hicimos ante el Almería y que había que ganar en Zaragoza como sea».
Titularidad de Míchel
«Me marcho sin ningún rencor, al revés»
En las últimas horas se ha especulado sobre la supuesta rebeldía de Ziganda, pues parecía que la presencia de Míchel en el once titular del pasado domingo podía haber sido la gota que ha colmado el vaso para su destitución, algo que el Cuco descartaba: «Por mi parte, no le doy la menor importancia. Ya dije que era el entrenador y disponía de una plantilla de la que podía tirar. No le doy más vueltas. Cuando me habéis preguntado por un jugador en concreto he explicado que no jugaba porque lo decidía yo. Cuando lo he alineado he dado las explicaciones pertinentes. Mario lo estaba jugando todo y creo que necesitaba un descanso. Y Antonio ha salido en los segundos tiempos y lo ha hecho muy bien. Teníamos a otro delantero que era Míchel y que estaba entrenando muy bien, ya que de lo contrario no hubiera jugado como lo hizo el domingo. Era una baza con la que podíamos contar y además estaba limpio de cabeza. Míchel estaba con muchísimas ganas y son recursos porque estábamos teniendo un problema muy serio de cara a gol. Yo no tengo ningún problema en ese sentido, yo no sé si alguien lo tendrá, pero por mi parte no. Siempre hago lo que dicta mi conciencia». Además, añadió que su relación con Miguel Ángel Rondán «es correcta, sin ningún problema. Está claro que una cosa es la relación y otra lo que queremos todos, pero me voy de aquí sin rencor para nadie. Al revés, me han dado la oportunidad de seguir en Primera, de entrenar y la gran pena que tengo es que las cosas no nos han salido bien».
Dificultades
«Nadie tiene 14 jugadores en pretemporada»
Siguiendo con los temas de la dirección deportiva, también se le preguntó por el mercado de invierno y lo que habían hablado sobre los refuerzos. «Está claro que la competición exige mucho. No tiene nada que ver Segunda B con Segunda A, ni ésta con Primera División. Es difícil y no hay ningún club con 14 jugadores en agosto ni nadie con tantos cedidos. No hay medios, no hay celeridad ni agilidad para hacer las acciones que hay que acometer y es un handicap muy importante para competir con gente que va a ser campeona del mundo. Esa dificultad es muy grande para el futuro del club».
Según el navarro «el gran error es no haber sido más agresivos en agosto. Puedes estar hipotecado o embargado, pero había que ser más agresivo. Estábamos acostumbrados a funcionar con muchos cedidos y a fichar la última semana".
¿Qué parte de culpa tiene el propio Ziganda? «Tengo culpa relativa, pero yo no soy conformista. El mayor interesado en que las cosas fueran bien era yo, lo que pasa es que uno piensa que las cosas van a ser como están previstas. Luego te das cuenta que las cosas no son así y yo estoy acostumbrado a fiarme de todo el mundo, y estoy acostumbrado a que las cosas salgan según estaban previstas. Las previsiones son las previsiones y la idea era otra. No sé si tendrá la culpa el proceso concursal, pero el club necesita más agilidad porque sino es muy difícil. Sabíamos que si en invierno queríamos apostar por algo o darle un cambio a este se tenían que acometer ciertos cambios y todavía estamos en las mismas. Ahí si que es verdad que nos ha costado reaccionar, pero no sé si la reacción tenía que llegar del entrenador, que pienso que no, del secretario técnico o no sé de quién es, pero es como una pescadilla que se muerde la cola. Hay unos administradores, no hay dinero, siempre hay problemas».
Triste
«Nos faltó más agresividad en la apuesta de agosto»
A Ziganda le costó encontrar la palabra para explicar el modo en qué se marcha: «Decepcionado no es la palabra, la pena es que era un año de mucha ilusión y nos ha faltado ser más agresivos en la apuesta por la Primera División. Aún así seríamos el presupuesto más corto, pero estaríamos en una situación mejor todos. Esa es la cosa que nos queda a nosotros, el no haber sido más valientes. No es decepción, pienso que es un error que hemos cometido en la primera vuelta y que con muy poco más el Xerez tiene más equipo que ocho o diez conjuntos de Primera. Para un club que no tiene medios, la estructura es difícil mantenerla con tantos cedidos, tantos cambios y tan pocos medios. Hay jugadores que se han ido a Segunda antes de venir aquí».
Él recuerda que llegó «con todo el ánimo del mundo y en agosto otra vez haría lo mismo. Después de visto, piensas las cosas y buscas dónde has fallado. Estas cosas tienen que servirme de experiencia. Cada club es una historia y todos sabéis que el Xerez es muy particular». ¿Volvería a venir al Jerez? «No puedo saber si tomaría otra vez la decisión de venir sabiendo todo lo que iba a pasar».
A la hora de repartir la culpa se señala a él mismo como «máximo responsable de lo bueno y lo malo», aunque «también es cierto que todos los que formamos el aparato deportivo tienen su cuota de responsabilidad. No tengo queja de la actitud del equipo, pero es que competimos al máximo nivel y desde el 27 de diciembre no hemos entrenado en un campo en condiciones. ¿Quién tiene la culpa de eso? Hemos entrenado en campos con barro hasta los tobillos y eso no es Primera División. El que llegue al club lo tiene fácil porque puede hacer lo que quiera para mejorar».
Clima tenso
«Con tantos frentes abiertos es difícil tirar para delante»
¿Quién tiene la culpa de todo eso? «No lo sé. Lo que sí sé es que no hemos encontrado en toda la provincia un campo decente para entrenar». Por eso, y por otras muchas cosas, el navarro piensa que el Xerez nunca llegará a nada mientras tenga tantos frentes abiertos. «Eso existe, y hasta que eso no se arregle y tengan un proyecto sólido será difícil. Eso no lo voy a descubrir yo. Hay un clima de demasiada tensión y esto es un proyecto de mucho apoyo, confianza, necesitamos resultados positivos que no han llegado y te crees peor de lo que eres. Cuando hay tantos frentes abiertos es difícil tirar para delante. Tampoco hay que perder la esperanza, sí aprender de la experiencia y saber que cuando se compite al máximo nivel no se puede regalar nada. Al final creo que todo esto será bueno para asentar un proyecto de futuro porque hay afición, que es lo más importante»
¿Y qué porcentaje de posibilidades le da al Xerez de que logre la permanencia? «Este mes es clave. Era importante el partido de Almería y Valencia pero queda Zaragoza, Osasuna, Athletic, que son partidos de tú a tú. Sería importante sacar resultados positivos». Aprovechando que el propio Ziganda citaba los próximos partidos se le preguntó con qué equipo iría en el Xerez-Osasuna. Algo en lo que no se quiso mojar y se limitó a responder que le llamaran la semana que viene para volver a preguntarle, aunque puntualizó que era «socio de los dos equipos. Lo bueno que he tenido aquí es que me intento abstraer de las críticas porque procuro seguir mi línea, ser objetivo y que todo me afecte lo menos posible, pero el clima del Xerez no es cómodo y eso toca a todo el mundo. A mí lo que me impide trabajar son los campos de fútbol, me dan rabia las oportunidades perdidas, eso es lo que nos ha hecho tener siete puntos. Lo demás, no me ha influido para nada».
Promesas
«Esperaba que viniera gente que marcara la diferencia»
Sí tiene su teoría sobre lo que ha pasado y cómo se podría haber solucionado: «El gran error es no haber sido más agresivos en agosto. Puedes estar hipotecado o embargado, pero había que ser más agresivo. Estábamos acostumbrados a funcionar con muchos cedidos y a fichar la última semana». Y se le acusó de apechugar con todo eso, a lo que él respondió con rotundidad: «Yo no trago con nada. Cuando me explicaron la situación del club la acepté pero esperaba que la última semana llegarían jugadores que pudieran marcar la diferencia, pero al final no los encontramos o no vinieron».
Por último, se le cuestionó por un buen momento como entrenador del Xerez, por el aspecto positivo con el que se queda de su paso por el banquillo azulino: «Hay mucha gente de buen corazón, auténticos xerecistas y muy encantadores como los médicos, los masajistas, Oli, Queco... Son gente maravillosa. Se les ve como sufren. El Xerez no tiene buena prensa por todas las disputas sociales o políticas, pero hay gente que quiere al club. Eso es lo que de verdad es el Xerez. Yo tengo vecinos y conocidos a los que escucho como sienten lo que pasa. El club tiene que ser eso y yo me quedo con esa gente».