Detroit, borrón y cuenta nueva
La industria del motor de EEUU recurre a los modelos que triunfan en Europa y a los híbridos para superar el peor año de su historia
Actualizado: GuardarLos estadounidenses siempre han sido muy suyos en materia de coches. Su ideal pasa por un modelo de gran tamaño, cilindrada desmesurada y máximo equipamiento. Vamos, la antítesis del coche que triunfa en el mercado europeo. Durante décadas el modelo más vendido en EEUU ha sido un 'pick up' de Ford que se llama F-Series. Es una combinación de todo-terreno y furgoneta con un cajón de carga en su parte trasera que en sus versiones más modestas equipa un motor de ocho cilindros y 4.200 centímetros cúbicos (los propulsores de los coches más vendidos en Europa raramente pasan de los 2.000 centímetros cúbicos).
Pero los tiempos cambian. Y lo hacen además a toda prisa. El año pasado Ford vendió medio millón menos de unidades del F-Series que en 2005. El americano medio empieza a pensar que quizás no necesita un modelo que pesa casi tres toneladas para ir a hacer la compra al supermercado. La 'europeización' de las tendencias automovilísticas es una realidad a la que ha contribuido activamente el batacazo que se dio el año pasado la industria estadounidense del motor. La caída de las ventas -un 21% menos que en 2008- estuvo a punto de llevarse por delante a dos de los tres gigantes. Chrysler y General Motors salvaron la cabeza gracias a las ingentes sumas de dinero inyectadas por la Administración Obama (41.000 millones de euros). Ford, que aguantó algo mejor -sus ventas 'sólo' bajaron un 15,3%- fue el único fabricante que mantuvo el tipo sin recurrir a la ayuda gubernamental.
Con precedentes así no es extraño que la edición del Salón del Automóvil de Detroit, que abrió el lunes sus puertas, no atraviese su mejor momento. El escaparate de la capital de la industria del motor norteamericana tiene poco que enseñar, sobre todo ahora que se ha sabido que el mercado chino estuvo a punto de arrebatarle el año pasado su liderazgo. China superó en términos globales las ventas de vehículos de Estados Unidos (13,6 millones de unidades frente a 10,4 millones) si bien es cierto que el país asiático incorpora a esa lista variables -la de los vehículos pesados- que no se computan en las cuentas de los americanos.
Un baño de humildad suele ser en circunstancias así la mejor forma de empezar a levantar cabeza. Y aunque es cierto que en Detroit han seguido viéndose este año las inevitables 'americanadas' -un Mustang de 5 litros y 412 caballos o un Cadillac de 6,2 litros y 558 caballos-, lo que ha predominado es el coche con 'seny', inspirado en los modelos que triunfan en Europa. Es significativo que Ford haya escogido el salón para presentar su tercera generación del Focus, un coche inequívocamente europeo, o que GMC, de General Motors, haya dado a conocer en Detroit el Granite, el modelo más pequeño de su historia, con un motor turbo de sólo 1,4 litros. Y todo ello sin hablar de la 'invasión' de híbridos que siguen la exitosa estela marcada por fabricantes japoneses como Toyota y Honda.