ESPAÑA

Prisiones considera que es «propaganda» informar de las protestas de los terroristas

MADRID. Actualizado: Guardar
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La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias no dará información alguna sobre las protestas iniciadas este mes por el colectivo de presos de ETA en las cárceles españolas y francesas porque no va «a colaborar con una campaña propagandística» de la banda terrorista, según indicaron fuentes gubernamentales.

El diario 'Gara' informó ayer de que los etarras presos, que según los cálculos del colectivo de familiares de presos ascienden a 576 en España y 166 en Francia, iniciaron un encierro voluntario en sus celdas que, tras el período de asambleas y envío de cartas y formularios de protesta a Instituciones Penitenciarias por su situación carcelaria realizado la semana pasada, es la primera fase de la campaña de movilizaciones diseñada por el 'frente de makos' de la organización terrorista.

El encierro o 'chapeo' supone la renuncia de los reclusos a las horas de patio, a mantener comunicaciones directas, telefónicas o recibir correspondencia mientras dure la protesta, y la obligación de comer en la celda. Se trata de una infracción a las ordenanzas penitenciarias que puede conllevar sanciones para los reclusos que secunden la protesta. Según el calendario divulgado por el colectivo de presos, las protestas seguirán con la negativa a tener comunicaciones de ningún tipo, para terminar con huelgas de hambre muy limitadas. Se trataría de ayunos de no más de una semana de duración, que los presos de ETA realizarían de forma rotatoria, y que ni siquiera serían obligatorios para los miembros del colectivo, en especial si padecen algún tipo de dolencia.

Fuentes del Ministerio del Interior no tiene duda alguna de que las protestas, disfrazadas de reivindicaciones penitenciarias, no son más que una estrategia de la dirección de la banda para evitar que aumente el grupo de etarras presos que mantiene disensiones con la dirección de ETA, que en la actualidad se calcula que son en torno a 40, y lograr una mayor cohesión y disciplina interna.

Para garantizar la unidad, ETA acordó la expulsión de cinco presos disidentes coontrarios a la continuidad de la violencia.