Un ladrón con lazarillo

La Policía lo había detenido en 16 ocasiones anteriores, pero hasta ahora no se había buscado un compinche de fechorías. Y no utilizó a otro delincuente común o a un viejo conocido de tropelías, sino a un niño de 11 años, que hasta la fecha no se le conocía pasado delictivo. Junto a él cometió una oleada de robos que hizo saltar todas las alarmas, sobre todo las del centro de La Línea, donde actuaron de forma más activa. Tras nueve robos en distintos establecimientos comerciales -bares, una zapatería, una peluquería y una clínica-, J. A. C. N., alias 'El Basura' fue detenido, sumando su antecedente policial número 17.

Entre el adulto y el menor no existen lazos familiares ni tampoco se les conoce otro tipo de relación previa, según confirmaron a este medio fuentes policiales. La Policía les vincula con nueve robos perpetrados entre finales de noviembre y los primeros días de enero. El niño era el encargado de acceder a los locales a través de agujeros que El Basura hacía en las puertas metálicas de acceso o en las lunas de los escaparates. En otras ocasiones, era el propio adulto quien accedía al local tras forzar la cerradura.

La colección de productos y efectos que se llevaron de los distintos establecimientos es muy variada, desde botellas de licor hasta una cesta navideña; si bien este ladrón con lazarillo tenía como prioridad las cajas registradoras. En total, la Policía calcula que en los nueve robos logró sustraer objetos y dinero por valor de 3.000 euros.

Este individuo es un viejo conocido de la Policía, pese a su juventud. Antes de cometer la última oleada de robos, había sido detenido en agosto por otros cinco robos que perpetró siguiendo un mismo 'modus operandi', pero sin ayuda de ningún menor. Según confirmaron fuentes policiales, tras pasar a disposición judicial, quedó en libertad con cargos. Atendiendo a los golpes que ahora le imputa la Policía, El Basura regresó a la actividad delictiva tres meses después de su último arresto.

Con sus padres

En cuanto al menor, la Policía ni tan siquiera pudo interrogarlo. No tiene la edad mínima legal para ser enjuiciado y ha quedado bajo la custodia de sus tutores legales sin ningún tipo de acusación en su contra. En estos casos, como indican las mismas fuentes consultadas, los agentes entregan el atestado policial a la Fiscalía de Menores para que tenga conocimiento de los hechos.

La participación de menores de 14 años -edad mínima exigida por ley para ser procesado- en hechos delictivos no es una cuestión aislada. Sólo en el primer semestre de 2009, la Fiscalía conocía 53 denuncias en las que participaron estos precoces delincuentes en el entorno de la Bahía y la Janda.