Striptease en el metro
En más de 40 ciudades del mundo miles de personas se quitaron los pantalones para viajar en suburbano
Actualizado:Imagine que un día cualquiera viaja tranquilamente en el metro. Todo parece normal: la gente a su alrededor lee el periódico, habla por teléfono, escucha música... De pronto el tipo sentado al lado suyo hace una pausa en su lectura, se pone de pie, se quita los pantalones y acto seguido los guarda en su mochila para volver a sentarse y continuar leyendo tan ancho. Probablemente -tras recuperarse del shock- decidiría cambiarse de asiento. La sorpresa es que no hay a dónde huir porque el vagón está lleno de desinhibidos usuarios que hacen los propio con la parte inferior de su atuendo. ¿Se asustaría?, ¿gritaría?, ¿se enfadaría?...
Pues lo que hicieron miles de viajeros alrededor del mundo al presenciar esta peculiar escena fue echar a reír. «Primero nos miraban disimuladamente y ponían cara de 'no entiendo nada'. Muchos no sabían cómo reaccionar pero al final terminaban riendo», cuenta Lorena Yera, fundadora de Barnamob el colectivo a cargo de impulsar en Barcelona el 'No pants subway ride', en castellano 'Viaje en metro sin pantalones'. Se trata de una iniciativa nacida en Nueva York que este domingo celebró su novena edición con un llamamiento a nivel mundial al que respondieron más de cuarenta ciudades, entre ellas la capital catalana con más de 250 participantes de entre 18 y 55 años de edad.
Las reglas son sencillas. Lo primero es reunirse fuera de una estación de metro para repartir las rutas y acordar la hora en la que comenzará el show. Dicho esto lo que sigue es montarse en el metro y, una vez llegado el momento, desenfundarse los pantalones con total naturalidad. Lo importante es actuar como si todo fuera de lo más normal para provocar mayor impacto en la gente. No vale reírse ni mirar a los cómplices semidesnudos. «Lo que pretendemos es crear una escena impactante que logre que los participantes y los espectadores la pasen bien», explica Lorena. «No somos exhibicionistas. De hecho estaba prohibido llevar tangas o ropa interior con frases obscenas. El fin de esto no es ofender sino hacer reír». Y lo lograron. Las risas abundaron entre los desprevenidos usuarios del metro, muchos de ellos sonrojados, que no hallaban a dónde dirigir la vista. «Incluso un par de espontáneos se nos unieron y se quedaron en calzoncillos».
Amsterdam, Buenos Aires, Londres, Los Ángeles, Sidney y Tokio son sólo algunas de las ciudades que este domingo se unieron al movimiento 'No pants...'. En la Ciudad de México, Lina Obregón fue una de las organizadoras. «Conseguimos reunir a cincuenta personas y eso para nosotros es un gran logro. Fue un evento que llevamos a cabo con muchísimo respeto para pasar un buen rato y resultó realmente divertido». Tanto así que la 'fiesta' continuó en algunos bares de la ciudad. «Andábamos por las calles en ropa interior. La gente nos miraba y se reía. Después fuimos a tomarnos algo para festejar», cuenta Lina.