Un club de chiste

Lo que ocurre en el Xerez Club Deportivo es de película. Tras una nueva derrota en Liga, esta vez ante el Valencia de Emery, la nave azulina hace agua por todos lados. En lo estrictamente deportivo la permanencia en Primera División se antoja complicada. Tendría que ocurrir un gran milagro para que el año próximo podamos ver en Chapín desfilar a los mejores equipos del mundo. Para ello tendríamos que hacer números de la galaxia, más o menos los mismos que han conseguido hasta el momento el Real Madrid y el Barcelona. Aunque eso sí, mientras que las posibilidades estén intactas, el sueño de los xerecistas seguirá vivo, a pesar de que muchos ya despertaron, se toparon con la cruda realidad y ven al equipo de sus amores sufriendo en otra categoría que no es la de la Liga de las Estrellas.

Y es que lo que está pasando un año más en la entidad azulina es para volverse loco. Y bien lo saben los que están dentro del club. Un icono para la afición del Xerez, xerecista y jerezano quiere abandonar la nave. Jesús Mendoza anunciaba ayer que tiene ofertas de conjuntos de Segunda y que, por su fidelidad al club, estaría dispuesto a perdonar el dinero que le deben. Desde la mista entidad están dispuestos a dejarlo marchar, y eso que es de los pocos jugadores con los que el Xerez va a contar a final de temporada.

También es de chiste los de Míchel. Y no por el jugador madrileño, que personalmente el domingo me gustó sobre el campo, sino por los que deciden. Parece que Cuco Ziganda buscaba algo diferente a lo que tenía cuando Miguel Ángel lo había declarado transferible. La unión entre el entrenador azulino y el director deportivo parece que se ha roto. Tanto es así que José Ángel puede pasar sus últimas horas en Jerez. Y es que hoy puede ser otro día de culebrón en el Xerez. El máximo accionista, Joaquín Morales, volverá a hablar. ¿Lo hará del entrenador, de la venta? Apuesten.