CARTAS A LA DIRECTORA

Bajar corbatas por internet

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Yo compro mis CD. Los compro ahora que puedo pagarlos, no protesto, aunque soy mucho más selecto, claro. Pero apoyo sin reservas las bajadas por la red, porque yo, para ganar dinero, voy todos los días a trabajar, todos. A mí, que un señor trabaje una temporada y pretenda vivir como un maharajá el resto del año me parece ingenuo y desvergonzado. Siempre se usó la cinta virgen y el vídeo. Pero ahora estos tipos que compran la fidelidad del gobierno con sus absurdas declaraciones políticamente convenientes, llenas de perogrulladas que no dicen nada del artista, dando rienda suelta a la pereza y olvidando el estilo, cebándose en el arte facilón del comentario de lo insulso y de lo obvio; ahora, digo, ponen precios leoninos que defienden llorándole al Gobierno en lugar de trabajando y ofreciendo calidad, y el público no puede pagarlo, el mismo público que va a los conciertos de artistas honestos que curran la carretera todo el año para vender sus directos, público que va porque los conoce, y los conoce bien porque bajó su disco por Internet. Ahora ya no podrá ser, veremos si les sale el tiro por la culata y, al no poder oírlo todo, sólo se conozca lo mejor (no estaría mal). Pero el caso que esto entra en el ámbito del comercio, del esfuerzo y la imaginación, de adaptarse al mercado y no de llorarle al estado, que tiene otras preocupaciones, como gastar 111.070 (más o menos 18 'kilos') en corbatas para regalar. ¿Cuántas corbatas se pueden comprar con 18 'kilos'? ¿Hay cuellos protocolarios para tantas corbatas? ¿Es necesario regalar corbatas en cantidades industriales?