ESPEJITO, ESPEJITO
Actualizado: GuardarNo pesan los años, ni pesan los kilos, pesan los kilómetros, según ese chiste de Indiana Jones... Pero no es del todo cierto. Los años pasan y pesan. Tanto que el bueno de Indiana (por el momento, Harrison Ford) está empeñado en borrar las huellas del tiempo de su rostro y de su cuerpo, y para ello no se le ha ocurrido mejor sistema que eliminar de su hogar todos los espejos. Supongo que ahora cada vez que Harrison quiera consultar su aspecto se pondrá un DVD con una de sus películas de hace veinte o treinta años y experimentará un subidón, tipo: «Estoy que crujo». La verdad es que cada cual es libre de lidiar con los estragos del tiempo como buenamente pueda, y hay que admitir que el método de 'rejuvenecimiento' elegido por Ford es bastante más inocuo, barato, rápido y eficaz que el botox o la cirugía estética. Eso sí, para sentir sus beneficios hay que retrotraerse a la infancia y razonar, con esa candorosa lógica infantil, que uno desaparece (y con él todos sus problemas) con sólo cerrar los ojos.
Una vez, hará unos cinco años, tuve ocasión de sentarme frente a Harrison Ford y observarlo de cerca un buen rato... Vaya por delante que a mí este señor me gusta. Pero, en persona, me pareció un hombre friamente amable y, para qué negarlo, inseguro. Mi instinto kamikaze me llevó a preguntarle si no se sentía un poco mayor para volver a interpretar al dinámico Indiana Jones... Por toda respuesta, me lanzó una mirada asesina de la que todavía me estoy recuperando. En fin, supongo que algo de terror a envejecer debe de haber en un hombre que, pasados los cuarenta, se puso un pendiente en la oreja y cambió a su mujer de toda la vida por otra más joven. Como eso no dio resultado, ahora la paga con el 'espejito, espejito', que ya no le da la respuesta deseada. Es humano. Pero también podría probar con mirarse al espejo sin las gafas de cerca. La Naturaleza es sabia y a medida que va robándonos lozanía nos regala una estupenda presbicia.