López inicia el deshielo con el PNV
Llamará a Urkullu para «institucionalizar» una relación más fluida con la oposición
BILBAO. LActualizado:as relaciones PSE-PNV podrían entrar en fase de deshielo. Ésa es, al menos, la voluntad del lehendakari, Patxi López, que anunció ayer que llamará «en breve» al presidente del EBB, Iñigo Urkullu para intentar «institucionalizar» un contacto estable y fluido con el primer partido del país y de la oposición, en encuentros tanto públicos como discretos que gocen de cierta periodicidad. Hasta ahora, en los ocho meses del Gobierno del cambio, no sólo no ha sido así, sino que la falta de sintonía personal entre ambos líderes se ha traducido en una lejanía política más que directamente proporcional, herencia también del abismo que se abrió entre socialistas y nacionalistas a raíz del pacto de Lizarra, una herida que no ha suturado aún.
Aunque el trato entre ellos es correcto, ambos han mostrado un interés más bien escaso en acercar posturas y López, como jefe del Ejecutivo de Vitoria, sólo ha recibido una vez al líder peneuvista en Ajuria Enea, poco después de tomar posesión de su cargo, en una cita cordial pero más bien pobre en contenidos concretos que sirvió sobre todo a Urkullu para escenificar el inicio del viraje de un estilo opositor agresivo a otro marcado por el intento de proyectarse como una fuerza política responsable y con la mano tendida ante la crisis económica. Después, únicamente el secuestro del buque 'Alakrana' y el desplante de Zapatero al PSE al otorgar en la práctica derecho de veto al PNV sobre el traspaso de las política activas de empleo impulsaron a López a marcar el número de Urkullu. En el entorno del líder jeltzale sostienen incluso que el burukide mantiene un contacto más fluido y frecuente con José Luis Rodríguez Zapatero que con López, un dardo envenenado para los socialistas vascos, a quienes los jeltzales siempre dibujan como una formación supeditada a los designios del presidente del Gobierno.