Economia

Venezuela pasa factura

Los accionistas penalizan a Telefónica con una caída del 3,19% por sus inversiones en el paísLa operadora reducirá a la mitad sus ganancias, mientras que Repsol e Iberdrola no se verán afectadas por la devaluación del bolívar

MADRID. Actualizado: Guardar
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Los negocios en Latinoamérica, que tantas alegrías han proporcionado a las multinacionales españolas, y hasta sirven de colchón para atenuar los efectos de la crisis, también les pasan factura. La devaluación del bolívar anunciada el viernes por el presidente Hugo Chávez fue la causa de que los inversores se lanzaran a vender acciones de Telefónica ayer. La operadora tiene en el país latinoamericano un importante nicho de negocio, y la merma del valor de la divisa local reducirá a la mitad las ganancias y dividendos pendientes de repatriar, lo que le supondrá una pérdida que fuentes del mercado estiman en 1.000 millones de euros. Al cierre del mercado, Telefónica cedió un 3,19% en Bolsa, y la acción cerró a 18,5 euros. Arrastrado por este efecto, el Ibex-35 cayó el 0,73%, el mayor retroceso de los mercados europeos.

La economía de la república bolivariana atraviesa momentos muy delicados. Hace cinco años que el Gobierno estableció un tipo de canje fijo con el dólar y emprendió una férrea política de control de divisas. Desde entonces, las empresas extranjeras se las ven y se las desean para llevar a cabo la conversión de monedas en sus operaciones. La Comisión Nacional de Administración de Divisas concede los permisos con cuentagotas y la repatriación de dividendos o resultados se ha convertido en un objetivo casi imposible

Era un secreto a voces que con una inflación del 29%, y con el país severamente tocado por la recesión, el mantenimiento de la paridad con el dólar no se podría sostener durante mucho tiempo, y a las compañías españolas no les han pillado por sorpresa las medidas adoptadas. Algunos analistas las habían anticipado en sus informes.

Tras la devaluación, en Venezuela van a coexistir dos tipos de cambio. El primero de ellos, de 2,6 bolívares por dólar, se reserva para las importaciones del sector público y suministros básicos. Un canje de 4,3 bolívares por dólar se aplica al resto de las actividades.

La inversión española bruta acumulada asciende a 2.650 millones de euros, según los últimos datos proporcionados por la Secretaría de Estado de Comercio, que excluyen las operaciones puramente financieras de tenencia de valores extranjeros por sociedades establecidas en España con este único propósito o las sucesivas reinversion de un mismo capital por parte de un grupo.

Pero cada compañía se mueve en un ámbito distinto de negocio, lo que diversifica los riesgos. Telefónica desarrolla su actividad en el mercado minorista, y la fuerte implantación de su oferta de telefonía móvil, fija y de televisión de pago le permitió alcanzar a 30 de septiembre pasado 11,9 millones de accesos totales, un 3% más que en la misma fecha del año anterior. En los nueve primeros meses de 2009, los ingresos ascendieron a 2.611 millones de euros y el resultado operativo antes de amortizaciones fue de 1.332 millones de euros.

Pese a la importancia que el negocio de Venezuela ya representa en Telefónica Latinoamérica, la operadora se apresuró a aclarar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores que la devaluación del bolívar no va a afectar a sus previsiones de rentabilidad para 2010, ni modificará el compromiso de alcanzar un dividendo de 2,10 euros por acción con cargo a las cuentas de este año.

Adaptación

Las empresas energéticas Repsol e Iberdrola avanzaron, por su parte, que no se verán afectadas por la devaluación del bolívar adelantada por Hugo Chávez. La petrolera declaró que esa medida tendrá un impacto «inapreciable» en sus cuentas porque -al igual que otras compañías del sector- contabiliza en dólares la mayor parte de sus ingresos en Venezuela.

Repsol ha aprendido de la experiencia. Tras muchos años de permanencia en el país, y en plena etapa de ajuste de reservas, la compañía tuvo que adecuarse a la nueva exigencia constitucional que impuso a las sociedades privadas establecer alianzas con la pública Petróleos de Venezuela para constituir empresas mixtas con una posición minoritaria. Tras esta adaptación, el presidente de la petrolera estrechó lazos con el Gobierno bolivariano. En julio de 2009, Repsol firmó un contrato para refinar crudo en España, y tiempo después, durante una visita a Madrid, Chávez desveló que la petrolera española, en consorcio con Eni, había descubierto en aguas territoriales de Venezuela un yacimiento de gas equivalente a la demanda nacional de cinco años.

Iberdrola Ingeniería construye en el país bolivariano proyectos «llave en mano». La compañía se adjudicó, entre otras obras de mneor calado, la construcción del ciclo combinado de Cunamá, que construirá para Petróleos de Venezuela en consorcio con Elecnor. Los 1.375 millones de euros de inversión se cobrarán en un 70% en dólares y existen garantías que permiten la renegociación del precio en caso de devaluación para el 30% restante, que está previsto abonar en bolívares.

Entre los grandes bancos, la aportación de la filial venezolana a las cuentas de BBVA apenas equivale al 4% del beneficio del grupo y el efecto de la devaluación quedará diluido en el conjunto.

El grupo Santander optó por una retirada más o menos forzosa. Las conversaciones exploratorias que mantuvo con potenciales compradores de su filial venezolana irritaron al presidente Hugo Chávez, que durante el verano de 2008 anunció su intención de anticiparse a una posible venta con una nacionalización inminente.

Arrancaron entonces unas negociaciones que concluyeron en mayo del pasado año. El gigante bancario español se desprendió del 96% que poseía en Banco de Venezuela por 1.050 millones de dólares, unos 750 millones de euros. Y ya ha cobrado el primer plazo.