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Paseando por Arco. Una de las obras expuestas en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo en una edición pasada. :: ÁNGEL DÍAZ
Sociedad

La feria de Madrid tensa el Arco

Galeristas españoles denuncian injerencias y chantajes del presidente del recinto ferial Se plantean no acudir a esta edición y decidirán su postura este lunes en una asamblea

ARTURO GARCÍA
MADRID.Actualizado:

Por si no bastaba con la crisis, las aguas bajan revueltas en Arco. El clima de confrontación entre los galeristas españoles y la dirección de Ifema, el recinto madrileño que alberga el certamen, ha alcanzado tal virulencia a mes y medio de su inauguración, que la celebración de esta 29 edición está en el aire. Todo pende de la reunión que hoy celebrarán en Madrid los galeristas españoles admitidos, donde decidirán si acuden al acontecimiento internacional más importante de España en torno al arte contemporáneo.

El enconamiento de las posturas se puso de manifiesto en diciembre, cuando se hizo patente el ambiente enrarecido que ha presidido las relaciones entre el órgano rector de Ifema, desde que lo preside Luis Eduardo Cortés (2008), y el comité asesor que representa a los galeristas. La polémica ha ido subiendo de tono hasta desembocar en un choque frontal entre ambos.

La chispa que ha encendiado el fuego fue la inclusión unilateral por parte de Ifema, en la lista de participantes, de una terna de firmas que habían sido rechazadas en el proceso de selección por el comité asesor, integrado por 12 galerías (seis españolas y seis extranjeras) porque su dedicación principal es, en la mayoría, el negocio de antigüedades y actividades ajenas al arte contemporáneo. Tras varias reuniones, el comité aceptó incluir en la lista a dos de las inicialmente rechazadas: Cayón y Barbié. Esta última finalmente se retiró tras verse envuelta en un escándalo por la supuesta falsedad de varias de las obras con las que concurrió a Feriarte, el certamen que se celebró en noviembre en Ifema.

Pedro Carreras, de la galería Carreras & Múgica, es desde hace cuatro años uno de los seis representantes españoles en el comité asesor que instó a Cortés, tras ese incidente, a que expulsara a Barbié, tal y como contemplan los estatutos de Arco. «Se puso chulo. Dijo que si nosotros elegíamos a 150, por qué él no podía elegir a cuatro, y que la feria era de Ifema. Cuál fue nuestra sorpresa cuando no sólo no la retiró, sino que en la rueda de prensa de presentación de Arco presentó la feria con Barbié dentro».

En el comunicado que se hizo llegar al comité ejecutivo y la junta rectora de Ifema, donde están representados la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento de la capital y Caja Madrid, el comité acusaba a Cortés de «injerencias, chantaje inaceptable, autoritarismo y trato humillante» y de poner en peligro «la identidad, el espíritu y el prestigio internacional» de la cita con «decisiones negativas y arbitrarias».

Tanto para Carreras como para otro integrante del comité asesor, José Martínez Calvo, detrás de las actuaciones del presidente de Ifema se esconde la intención de Cortés de querer «asumir el papel del director de Feria y el del comité seleccionador. Quiere serlo todo y nosotros sólo queremos ejercer nuestro cometido de selección de las galerías participantes», sostiene Martínez Calvo. Carreras coincide con él. «El comité ejecutivo que creó al llegar es una forma de querer controlar la feria hasta la última palomilla, cuando aquí no hay nada que controlar: este es un comité elegido entre las propias galerías por la directora de Arco, la donostiarra Lourdes Fernández, que selecciona con criterios profesionales rigurosos que obligan a dejar fuera a galerías competentes, que están en el límite, para encima tener que dejar entrar a otras que no están ni en el mapa porque son anticuarios».

Lista de espera

La polémica no se detuvo ahí. La posterior respuesta de Cortés añadió más leña al fuego: Ifema, como «propietaria» de Arco, es la competente para establecer sus normas reglamentarias; tilda de «contencioso sin sustancia» la polémica y acusa a los galeristas de «querer que Ifema renuncie a la potestad de decidir para tener ellos las manos libres, cuando la feria es de Ifema». Y remata: «Si abandonan Arco, buscaremos a otras. Hay un centenar de galerías en espera. Se les ha dado toda la cancha del mundo. Hemos hablado y no hay manera de que entiendan que las decisiones se toman en Ifema. Lo que tiene que hacer el comité asesor es acatar las decisiones de Ifema, que está en su derecho de llevar la feria como considere más adecuado».

Carreras estalla: «Pero ¡cómo nos puede hablar con ese desprecio si somos sus clientes! Ifema no tiene nada, sólo tiene un local para alquilar y que se lo paguemos. Pero como no vayamos se lo puede meter por donde quiera. Arco es una feria de galerías, no es una feria de Ifema como dice, y las galerías vamos donde se respete nuestro trabajo y nos traten mejor. Este tío nos trata muy mal y quiere adueñarse de una situación que no le corresponde porque las galerías queremos que se decidan las cosas en Arco entre galeristas, no entre políticos».

Las 70 galerías españolas seleccionadas, casi la mitad del total, decidirán el lunes si acuden o plantan a Ifema. «Somos una piña. Cortés tiene un problema: si nosotros no vamos, me temo que este año no hay feria. Desde que esto ha explotado no hemos tenido ni una baja, nadie se ha desvinculado. Dice que tiene otras galerías pero eso no sería la feria de las más representativas de España, sería otra cosa. Si decidimos no ir, crearemos una plataforma para empezar a buscar alternativas a Ifema para el año siguiente, porque para nosotros Ifema se habrá acabado para siempre».

El otro vértice de Arco son los artistas. «Aún no han hablado, pero hablarán, porque son los principales perjudicados si no se celebra la feria. Y no sólo ellos: hostelería, hoteles, transporte, todo lo que mueve Arco» apunta Carreras.