El fallo de una firma de seguridad israelí propició el atentado frustrado de Detroit
JERUSALÉN. Actualizado: GuardarEl fallo en los controles del aeropuerto holandés de Schiphol que permitió al nigeriano Umar Faruk Abdulmutallab intentar un atentado con explosivos en un avión estadounidense que cubría la ruta entre Amsterdam y Detroit sigue mostrando flecos. Según revelaba ayer el diario israelí 'Haaretz' la compañía hebrea de seguridad ICTS y dos de sus filiales cometieron una cadena de errores que permitieron al terrorista africano abordar el avión. Por ello, se encuentran en el centro de la investigación de lo sucedido el pasado 25 de diciembre.
Las pesquisas del propio rotativo han desentrañado que el personal de seguridad vinculado a estas empresas debería haber sospechado en el aeródromo de Ámsterdam de las intenciones de Abdulmutallab. La edad y nombre del joven africano, su ilógico trayecto, el hecho de que viajase sin maleta y de que hubiera comprado el billete a un precio elevado en el último minuto eran indicios para disparar las alarmas de los representantes de la compañía israelí, aun sin disponer de información previa facilitada por los servicios de inteligencia.
Una filial de ICTS (International Consultants on Targeted Security), I-SEC, y PI (Procheck International) se encargan (junto con la holandesa G4S) de controlar la seguridad en el aeropuerto de Schiphol, pero su personal no logró detectar el riesgo y dejó al terrorista subir al aparato de la compañía aérea estadounidense Northwest-Delta.
ICTS fue creada en el año 1982 por antiguos miembros de los servicios de inteligencia interior, Shin Bet, y de la seguridad de la principal aerolínea israelí, El Al. Con sede en Holanda, la compañía está principalmente dirigida por hebreos y provee de servicios de seguridad a aeropuertos de once países, entre ellos España.