La ley del mínimo esfuerzo le sirve al líder para vencer en El Puerto

El Racing Portuense continúa su particular calvario frente al Alcalá. Si en el encuentro de ida los sevillanos le empataron en el minuto cien a los rojiblancos, ayer se llevaron los puntos del Cuvillo sin hacer prácticamente nada del otro mundo. En definitiva, los discípulos de Asián aplicaron la ley del mínimo esfuerzo para hacerse injustamente con los tres puntos puestos en juego.

En la primera parte, los de Javier Manzano llevaron el ritmo del encuentro. Basados en la casta y en el empuje, los racinguistas dispusieron de las ocasiones más claras. Entre ellas, Jairo tuvo que sacar un balón desde la línea de gol a remate de cabeza de Mere, capitán de los de El Puerto en el día de ayer.

El Alcalá, por su parte, se dedicó a contener el juego en los primeros 20 minutos, aunque luego se vieron desarbolados por el empuje local. No era la imagen que se esperaba del primer clasificado en su visita a tierras porteñas.

En la segunda parte cambió el decorado. El Portuense notó las ausencias de Lolo Prado y Abel Calatayud y perdió fuelle ante un rival que aprovechó a la perfección una de las pocas ocasiones de las que dispuso. Un centro por la diestra de Toni le llegó a Pedro Carrión, que, de espaldas a portería, enganchó el cuero y batió a Ismael a media altura.

Escasez de ideas

El tanto de Pedro Carrión mermó las facultades del Portuense. Los locales no encontraron la manera de elaborar su juego y Manzano no daba con la tecla en los cambios realizados. Con este panorama, la única ocasión destacable fue un cabezazo de Juanma Reyes que no encontró las mallas de la meta defendida por el cancerbero Marcos.

Al fin y al cabo, un encuentro para olvidar. Una vez más, los panaderos obtuvieron un excesivo premio ante los racinguistas.