Sociedad

«El museo de Rocío dependerá de la presión de los políticos»

Agustín Peiró Arquitecto autor del proyecto

CHIPIONA. Actualizado: Guardar
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Desde su estudio, en Albacete, el autor del proyecto para el futuro Centro Socio-Cultural Rocío Jurado, recuerda los inicios de su vinculación profesional con Chipiona y desvela algunos detalles de lo que a su juicio debiera ser el museo de la genial artista.

-¿Cómo asumió este encargo de tanta envergadura para la ciudad?

- Ha sido retomar la idea que me trajo a Chipiona hace 20 años: el Centro Internacional de la Música. Un proyecto abortado, un sueño que habría supuesto el revulsivo económico, cultural y social que necesitaba el pueblo. El alcalde contactó conmigo y ajustamos ideas. En Chipiona no había un espacio para la juventud, ni para que las asociaciones se reunieran. Ellos contaban con el suelo de los cines y vimos que era la oportunidad de retomar el CIM a través de las subvenciones de la Junta para espacios escénicos. Así, diseñamos un proyecto integral bajo el concepto de crear un Centro Socio-Cultural con el nombre de Rocío Jurado y completar el teatro con un museo en su honor.

-¿Y cuándo podríamos verlo todo terminado?

- El plazo de ejecución de las obras de la primera fase, es decir, del teatro, sería de 15 meses. Yo calculo que 12 meses después del comienzo de estos trabajos deberían hacer lo propio con los del museo, de modo que en 2012 Chipiona contaría ya con un centro cultural impresionante.

-Uno de los problemas del centro es la ausencia de aparcamientos...

-Yo había previsto dos sótanos y un semisótano con cabida para más de 200 vehículos. Pero eso no entraba en la subvención de la Junta y tampoco daba tiempo a construirlo sin que se nos pasara la convocatoria. En el museo si habrá algunas plazas, pero muy pocas, unas treinta.

-¿Y cómo se integraría el CIM en este espacio?

- Con salas de ensayo, de conferencias, biblioteca para estudiantes y profesores de música... Claro que no se aproxima al megaproyecto previsto en los antiguos pabellones Tolosa Latour, a pie de playa. Un trabajo por el que nadie me ha pagado un duro, por cierto.

-¿Y por qué no se hizo?

-Yo eso no lo se. Lo cierto es que no salió adelante. Aquí estuvo nada menos que el que fuera secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, y el director general de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza. Chipiona ha sonado en la ONU. Los motivos de que se quedara en nada, no los se.

-La construcción del museo requerirá un importante desembolso económico...

-Bueno, ahí está la imaginación de los gobernantes, de los que gestionan. Entiendo que la economía municipal es muy compleja, pero el que este proyecto culmine o no dependerá de la presión que se autoimpongan ellos mismos, y de las pretensiones de los ciudadanos. A todas luces, cuando el teatro esté terminado se verá que falta algo al lado, habrá un solar vacío. Ahí debe entrar la conciencia ciudadana y la altura de miras para querer una ciudad con visión de futuro. Yo me limito a hacer mi parte y espero que los políticos se lo propongan como un reto a alcanzar. Además creo que por su importancia, se deberían implicar con ayudas la Junta y la Diputación de Cádiz.

-¿Y cómo sería el museo?

-Sin entrar en cursilerías, yo considero que la poesía ha de estar presente en todo lo que se haga en la vida. Y tratándose de una gran mujer, con un nivel artístico de primera magnitud, y de un homenaje de su ciudad, he pensado que el acceso se haga a través de flores, como una ofrenda que al mismo tiempo integre a la naturaleza en el edificio. La luz, símbolo de eternidad, ha de estar presidiendo todo el ámbito, que ha de ser diáfano y al mismo tiempo recogido. Un lugar donde ella se sintiera bien, sin agobios, cálida.