LA HOJA ROJA

CAMINA O REVIENTA

Las fiestas navideñas dan paso, este fin de semana, al preludio del Carnaval con la celebración de la erizada y la ostionada

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Y mientras nos tenían entretenidos con la alarma social de la crisis, con las subidas de precios, con las nuevas leyes y con el apagón analógico, el mundo -que no se ha parado ni un momento- seguía a lo suyo. Girando, girando, quitándole horas a este recién estrenado año. Si todavía tiene en su casa restos del roscón de Reyes, si todavía conserva algún espumillón rezagado colgando tristemente de la lámpara, si aún no ha hecho hueco para guardar esos libros que le regalaron y que, ni ha leído ni piensa leer, porque sabe a ciencia cierta que podrá encontrar sitio pero no tiempo, si ni siquiera ha podido digerir el cambio de año y de década, agárrese porque esta cuesta de enero viene, además, con curvas. No ha terminado una tormenta, cuando ya tenemos otra encima -y de eso últimamente entendemos bastante-. Ya lo sabe. Esta noche se celebra la 'nosecuantas' pestiñada, una fiesta cuyo principal atractivo reside en ver cómo somos capaces de hacer cola para engolliparnos con un plato de pestiños cuando previamente hemos tirado a la basura todos los que andaban rodando por casa. Bueno, eso y que tiene como mérito -si es que se puede decir así- ser la primera de esa larga serie de citas lúdico-gastronómico-carnavalescas que las peñas de esta ciudad se ven obligadas a celebrar para justificar su existencia (la de las peñas, se entiende). Una existencia que se está convirtiendo en auténtica supervivencia en este Cádiz de la subvención y del subsidio. No hace mucho lo decía el presidente de la peña El Erizo, Antonio Rueda, «la Peña vende 30 ó 40 euros al día y con este dinero no podemos sufragar el coste. Con lo que nos da el Ayuntamiento no nos llega». Vaya con el Ayuntamiento, dirán algunos. Vaya con las peñas, diremos el resto.

En fin. Esta noche pestiñada, mañana ostionada y erizada. Una forma como otra cualquiera de entretener el ánimo. Los 'singles' de Cádiz -que deben ser muchos porque tienen hasta página web- lo tienen claro y han organizado una quedada que anuncian en la red, a la una en la plaza Mina, en la puerta del Museo. «Se acordó que tras las degustaciones, se comprarán bocatas y bebidas y se comerán en una plaza típica. Se decidirá por unanimidad en su momento».

El anuncio de la fiesta

Una quedada democrática, sí señor. Una quedada como la que nuestro Ayuntamiento viene celebrando en Madrid año tras año desde que empezó este siglo para presentar el Carnaval de Cádiz en Madrid. También esta noche, mira por dónde. Eso sí, parece que van aprendiendo de los errores y que lo del Conde Duque ha pasado a la historia. Menos mal. La cita será en el Teatro Monumental, que por lo menos tiene aforo real y legal para los invitados. Y con un vídeo promocional sobre el Carnaval y el Bicentenario han resuelto lo del presentador. Menos mal, también. Porque lo de otros años fue lamentable, por ser políticamente correcta en la adjetivación. A ver si con el carnaval encima se nos quita la cara de crisis que se nos estaba poniendo, ahora que Zapatero nos va a sacar de ella a nosotros y a toda Europa. No me diga que la cosa no tiene por lo menos un cuplé. Bueno, y si lo del cuplé no le convence, póngale música cofrade. Total. Es cuestión de apretar el acelerador. Por si teníamos poco, anoche se presentaban el cartel y el pregonero de Semana Santa. Sí. Ha leído bien. Anoche -sí, sí, con la pestiñada, la ostionada y todo eso- el Consejo de Hermandades hizo entrega «de los habituales gemelos de oro» -no sabía yo que era tan común el uso de gemelos de oro entre los cofrades- a José Manuel Romo Madera que será el encargado de pregonar -en breve lo empezarán a llamar vocero, ya verá- la Semana Mayor en Cádiz -esa manía de poner nombres nuevos a lo que ya existía-. Lo que les decía, no acaba de irse una tormenta, cuando ya tenemos otra encima.

Así que no se preocupe si no sabe en qué tiempo vive. Nos pasa a todos. Siga adelante. No mire atrás. No haga balances. No piense más en la cabalgata de Reyes -ese desfile de pueblo que atravesó la Avenida el martes pasado-, ya no tiene remedio. No le de más vueltas. Es usted uno de los ciento setenta y cinco millones de incautos que ha puesto sus datos personales al servicio de Facebook, y aún se escandaliza por la utilización de escáneres personales en los aeropuertos. No se sabe a dónde vamos, ni tampoco de donde venimos.

Pero no se preocupe. Por mucho que le digan, cualquier tiempo pasado no fue mejor. No se deje vencer por el pesimismo. Hemos entrado en una nueva década, en nuestra década. Escuche a Juan Tovar y su teoría sobre las rebajas en los grandes almacenes, se pueden encontrar grandes descuentos pero «serán los productos que nadie quiere». Vaya por Dios. Recuerde las palabras de Dory en 'Buscando a Nemo' «sigue nadando, sigue nadando», o si le parece demasiado frívolo relea a Machado «al andar se hace camino» decía «y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar». Piense en la mujer de Lot convertida en estatua de sal por mirar al pasado. Cante aquello de Karina en un mundo nuevo y feliz «Al fin del camino se harán realidad los sueños que llevas en ti». Siga adelante, déjese llevar. Cuando menos lo espere estará aquí el Bicentenario, y entonces sí que será para salir corriendo.