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Estados Unidos presiona para alcanzar una seguridad aérea global

La secretaria de Seguridad Nacional pide que se implanten los nuevos estándares de control de pasajeros en los aeropuertos de todo el mundo

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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Las declaraciones de Barack Obama asumiendo toda la responsabilidad por los fallos en los sistemas de inteligencia dieron paso ayer al escrutinio minucioso de las severas directrices que trata de imponer Washington para el control de pasajeros en aeropuertos de todo el mundo. Si bien el presidente estadounidense logró atenuar la ansiedad que vive el país desde el incidente del día de Navidad sin verse obligado a sacrificar la cabeza de ninguno de los altos cargos que manejan la red de inteligencia, les tocó a algunos de ellos, en especial a la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, dar la cara para concretar las nuevas medidas.

Si en algo fue redundante Napolitano es en la firme decisión del Gobierno de implementar el uso de escáneres de cuerpo completo en los aeropuertos y en la búsqueda de mejores recursos tecnológicos para la seguridad aérea. Lejos de construir un discurso en clave doméstica, hizo un llamamiento a otros países para que equiparen sus controles a los estándares norteamericanos. Obama había remarcado en su discurso que no había «un medio infalible para dar seguridad a los miles de vuelos hacia EE UU» y que es necesario un mayor esfuerzo inversor para reforzar la seguridad tras el fallido atentado.

Los expertos confirman que la tecnología actual de control y otras estrategias usadas en los aeropuertos no pueden desbaratar todas las amenazas y el Gobierno americano se ha comprometido a desarrollar y desplegar mejores herramientas, especialmente en el área de detección de explosivos.

Las tres amenazas de seguridad más graves desde los atentados del 11-S -el atacante con una bomba en sus zapatos a finales de 2001, un complot para derribar vuelos sobre el Atlántico en 2006 y el incidente de hace dos semanas- involucraron planes para hacer estallar aviones comerciales. Para detectar esas sustancias, vino a decir Napolitano, nada mejor que los escáneres, cuyo despliegue en territorio estadounidense es todavía muy escaso. En la actualidad hay cuarenta máquinas de cuerpo completo instaladas y otras trescientas serán desplegadas antes de que finalice el año.

Sin embargo, la responsable de Seguridad Nacional fue consciente que si otros países no adoptan medidas similares será muy difícil garantizar la seguridad de muchos vuelos con destino a EE UU. «El incidente de Navidad puso de relieve que los procedimientos de control en los aeropuertos extranjeros son críticos para nuestra seguridad», subrayó.