Guardiola no deja a criterio del azar ni un solo detalle. :: EFE
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Guardiola saca el extintor

Elegido mejor entrenador en 2009 por la IFFHS, respalda a Chygrynskiy y zanja la polémica por los últimos arbitrajes

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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Pep Guardiola, elegido ayer como mejor entrenador del club del mundo en 2009 por la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol (IFFHS), ha iniciado el 2010 con dos problemas inesperados. El empate liguero ante el Villarreal (1-1) y la derrota copera frente al Sevilla (1-2) han alimentado dos fuegos que intenta apagar en privado para que vuelva la tranquilidad al vestuario y al entorno del club. El primero, el rendimiento de Chygrynskiy, el central ucraniano que exigió a la secretaría técnica pese a su elevado precio (25 millones de euros). Y el segundo, las críticas de sus jugadores a los árbitros que han motivado que algunos medios de comunicación catalanes se hagan eco con menciones, incluso, a la existencia de una 'mano negra'.

El técnico de Santpedor, siempre tan detallista, capaz de controlar con sus mensajes calculados y llenos de contenido la línea mediática a seguir, en esta ocasión no ha tenido reflejos para detener la avalancha de lamentaciones por un par de arbitrajes controvertidos. «Demasiado ruido», piensa Guardiola, que teme que las protestas tengan un efecto contrario. «Los árbitros no existen», es su filosofía, una afirmación que ha repetido en más de una ocasión a lo largo del año y medio que lleva en el cargo. Pero uno de los capitanes, Xavi, se rebeló denunciando el 2 de enero tras el Barça-Villarreal que «los árbitros lo pitan todo al revés, el problema es que no han jugado nunca a fútbol».

Se refería el internacional español a que el colegiado gallego González Vázquez dio un concierto de pito, haciéndolo sonar tras cada desmayo de un rival. Ese mismo día se escucharon voces en contra de la actitud de los colegiados hacia Ibrahimovic, un delantero que con los números en la mano comete más faltas de las que provoca aunque no es más duro que los defensas que le marcan. Sin embargo, en el forcejeo siempre se la pitan a él. Puyol reconoció que al término del encuentro le hizo ver esa circunstancia al árbitro.

El cántabro Pérez Burrull, en la noche copera de Reyes, incidió en la herida al anular un gol a Bojan por una supuesta falta de Ibrahimovic con el brazo a un rival que en caso contrario nunca hubiese sido señalada como penalti. En este caso fueron mayores las quejas de la prensa que las de los jugadores, entre los que sólo Messi se dejó ir: «Para qué vamos a hablar de los árbitros si luego dicen que nos ayudan».

Guardiola ha hablado con sus jugadores estos días para frenar los comentarios hacia los árbitros. Al Barça le fue bien con los colegiados cuando proclamaba la paz. En guerra, mejor no probarlo. Los árbitros no existen. Sí existe Chygrynskiy, y por bastante tiempo, pues firmó hasta 2014. Y a quien no le guste, la mayoría que le silbó en el Barça-Sevilla, tendrá que acostumbrarse a sus apariciones en el once porque Guardiola va a insistir con un central en el que ahora mismo sólo cree él. Ya se lo impuso a Txiki Begiristain, que nunca lo vio claro. Por lo menos el ucraniano no está solo y sus compañeros han hecho piña para defenderle.

Pedro, respetuoso

En Tenerife arbitrará mañana el vasco Pérez Lasa, pero ni las polémicas con los del silbato restará protagonismo a Pedro, que vuelve a su tierra tras hacerse futbolista profesional en el Barça y colaborar con goles decisivos a los seis títulos de 2009. «Si marco no lo celebraré por respeto a todos los que me han apoyado», señaló el delantero, que se formó en el San Isidro antes de ser descubierto por el Barça en 2004 en el Torneo Juvenil de Adeje.