Un entrenamiento muy peculiar

Las cuatro de la tarde y los jugadores del Jerez Industrial hacían piña en los bajos del Municipal de Chapín. Nueve componentes de la plantilla decidían si finalmente se marchaban hasta Sevilla para entrenar a las puertas de la casa del presidente del club de la copa y la venencia, Ricardo García.

Mientras tanto, el resto de efectivos que proceden de esa provincia -hasta completar los catorce jugadores que han quedado en el equipo- esperaban en la capital hispalense para llevar a cabo una nueva protesta. Y es que los futbolistas ya no saben donde acudir para forzar la dimisión del empresario sevillano, que ayer, por otra parte, trataba de impedir las protestas de los jugadores ofreciendo el pago del 50% de la deuda a cada futbolista.

El grupo decidía no aceptar la oferta de García y pasadas las 16.30 horas, en varios vehículos particulares -entre ellos algunos aficionados del Industrial- ponían rumbo a Sevilla, y más concretamente hasta la zona de Los Remedios, lugar de residencia del padre de Ricardo García, actual vicepresidente de la entidad del catavino.

La tarde estaba fría, pero los jugadores no dudaron en realizar unos ejercicios de entrenamiento delante del portal, curiosamente de nombre, Edificio Presidente 21. Mientras tanto, muchos curiosos se agolpaban en la zona y los aficionados industrialistas gritaban «Ricardo García estamos en la calle, veta ya». También llegaban unas voces procedentes del interior del edificio, donde se podía oír, también, «Ricardo veta ya, Ricardo vete ya».

Curiosamente una vecina indicaba, posteriormente, que el padre de Ricardo no vivía ya en ese edificio, pero que se había trasladado a una zona cercana.

Carrasco, Alberto y Benítez explicaban la delicada situación del equipo a los muchos medios de comunicación que se dieron cita. El delantero jerezano explicaba que «queríamos buscar una protesta original porque queremos que la afición sepa lo que pasa. Pedimos que se marche y que deje trabajar a otra gente. El equipo está unido, aunque toda la culpa no la tiene Ricardo García, también la Federación por consentir esta situación y que corra el riesgo de desaparición del club. Ricardo va con mala fe al poner la moción de censura contra él el 28 de enero, porque en esa fecha no daría tiempo ni a fichar».

Ricardo García

Por su parte, Ricardo García, quiso desbloquear la situación abonando dos nóminas en el entrenamiento que estaba previsto a las cinco de la tarde. Y es que el sevillano mantiene que el grupo de empresarios que ha buscado pretende realizar una inversión «fuerte» y que el dinero se iba a pagar ayer mismo. Con todo, dice que el problema se solucionará.