Opinion

Tiempo de descuento

España necesita que Zapatero acompase la presidencia de la UE a la salida de la crisis

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El jefe del Ejecutivo español asume formalmente desde hoy la presidencia de turno de la Unión Europea cuando ésta cuenta ya con un titular permanente, el belga Herman Van Rompuy. Es por ello que las posibilidades de Rodríguez Zapatero para liderar la revitalización política de la UE y su protagonismo internacional en la búsqueda de una pronta salida a la recesión dependerán, sustancialmente, de su capacidad para ofrecer soluciones en el terreno de la economía y del empleo. Terreno en el que la credibilidad de la presidencia española de la Unión está condicionada por los resultados que se obtengan en nuestro país a tan corto plazo, cuando nos encontramos a la cola de la recuperación general y aportamos gran parte del 'stock' de parados que la crisis ha provocado en Europa. Todo lo anterior llevaría a relativizar la influencia que el semestre español al frente de la UE puede tener en relación al pulso que libran Rodríguez Zapatero y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, de cara a los comicios generales de 2012. Además, la unanimidad parlamentaria de que gozan los objetivos de la presidencia de turno acomoda la actuación que desarrolle el presidente; pero, al mismo tiempo, limita su capacidad para rentabilizar un papel cuyos logros difícilmente podrán destacar ante una opinión pública que contempla la presidencia de la UE como un cometido obligado. La constante presencia de Rodríguez Zapatero en un papel estelar en la esfera internacional ofrece un plus al líder socialista precisamente porque ésa era una faceta de la que su perfil político y personal había carecido hasta la fecha. Pero sería tan estéril como negativo que las expectativas socialistas se cifrasen en las ventajas que el semestre de presidencia pueda procurar a quien a todas luces será su cabeza de cartel en 2012. Es más, sólo una acertada gestión de los asuntos europeos, dejando de lado la influencia que ello pueda tener en las tendencias demoscópicas en España, podría apuntalar las opciones futuras de Rodríguez Zapatero. Pero también es cierto que sus posibles éxitos en el ámbito europeo podrían convertirse en motivo de reproche si, paralelamente, el Gobierno no es capaz de adelantar la fecha de la recuperación en España y de mantenerla a un ritmo constante, capaz de parar la sangría del paro y de dar inicio a la creación de empleo.