Un hombre es revisado por un escáner corporal en una demostración en el aeropuerto británico de Manchester el pasado octubre. :: REUTERS
MUNDO

Los fallos de seguridad acorralan a Obama

La inteligencia de EE UU no detectó al extremista nigeriano hasta que se encontraba en vuelo hacia Detroit

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Dos días después de criticar duramente los fallos de seguridad en el frustrado atentado de Detroit, Barack Obama volvía a comparecer ayer ante los estadounidenses para dar cuenta de la primera parte de la investigación de los sistemas que protegen al país de la amenaza terrorista. Además, tenía previsto adelantar importantes medidas encaminadas a prevenir situaciones como la protagonizada por Umar Faruk Abdulmutallab, el nigeriano que trató de derribar el Airbus de Northwes-Delta el 25 de diciembre.

Según fuentes de la Casa Blanca, el presidente asume toda la responsabilidad y no destituirá a ningún miembro de su Gobierno. Sus revelaciones a buen seguro no servirán para acallar las críticas de los republicanos, que insisten en la idea de que Obama debe sacar de su equipo a los responsables de los errores de seguridad.

Técnicamente la catástrofe se evitó por un fallo en el detonador y la intervención del pasaje, pero los servicios de inteligencia están en el punto de mira por no haber detectado a tiempo las señales de alarma. Tenían la información pero no cruzaron los datos, ha destacado el inquilino de la Casa Blanca.

Por su parte, el asesor presidencial de seguridad nacional, James Jones, ve «legítimo» que Obama esté alarmado y demande cambios profundos en el funcionamiento del sistema de inteligencia. En ningún momento «se actuó en función de la información que estaba disponible», y se obviaron directrices básicas que se deben observar en situaciones como las del intento de atentado protagonizado por el presunto activista de Al-Qaida.

Con el mismo tono de censura utilizado por el dirigente demócrata, Jones fue más lejos y precisó que tanto en el atentado fallido de Detroit como el caso del psiquiatra que causó una matanza en noviembre en una base militar en Texas, los responsables de seguridad no actuaron pese a las señales claras de alarma. El asesor dijo luego que ni Obama ni nadie quieren que se produzca «un tercer golpe».

Reacción tardía

Según informaciones del diario 'Los Angeles Times', citando fuentes del Gobierno, funcionarios de fronteras estadounidenses detectaron los vínculos extremistas de Abdulmutallab mientras se encontraba en pleno vuelo hacia Detroit. La inmediata reacción policial fue decidir entrevistarlo en cuanto aterrizara. «La base de datos había recogido la preocupación del Departamento de Estado acerca de este individuo, y se sabía que podía haber estado involucrado con elementos extremistas en Yemen. Había elementos más que de sobra para haberle impedido subir al avión en Ámsterdam», admitió un alto responsable.

Aunque el padre del joven había acudido a la Embajada estadounidense en Nigeria para alertar del creciente radicalismo de su hijo, las autoridades norteamericanas no procesaron correctamente la información facilitada y Abdulmutallab pudo mantener su visado. El activista de Al-Qaida voló con un documento emitido por el Departamento de Estado en junio de 2008 cuya validez se extendía dos años más.

Ahora se ha hecho público que su nombre figuraba en una lista de vigilancia terrorista que hasta hace poco incluía a más de medio millón de personas, pero no en la restringida que prohíbe a sus integrantes abordar un avión en vuelo en o hacia territorio norteamericano. Con anterioridad a su viaje de ámsterdam a Detroit, Abdulmutallab había visitado en agosto de 2008 Estados Unidos, donde se movió sin ningún problema durante casi dos semanas.

Pese a los flagrantes errores, Jones se alineó con la tesis del presidente de que para evitar situaciones similares en el futuro será necesario hacer ciertos cambios pero no una reestructuración total del sistema de seguridad equivalente a la que se produjo tras los atentados del 11-S. «Sabemos lo que ocurrió, sabemos lo que no sucedió y sabemos cómo arreglarlo», precisó el general retirado.