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'El Chacal' no quiere películas
El terrorista Ilich Ramírez demanda a la cadena francesa Canal+ por no haberle pedido permiso para rodar un filme sobre su vida
Actualizado: GuardarÉl nunca consultó a sus decenas de víctimas si deseaban morir, sin embargo ahora exige que se tenga en cuenta sus opiniones en el rodaje de una película sobre su vida. Tampoco contrastaba con sus asesinados las razones por las que les condenaba, y reclama hablar para contrastar datos que no considera correctos y crímenes sobre los que aún no se le ha juzgado. Toda una figura. Inteligente y con carácter, cualidades que nadie ha puesto en duda y que le llevaron a convertirse en uno de los terroristas más buscados por la Policía en los años setenta y ochenta.
El venezolano Ilich Ramírez, o Carlos como le gustaba llamarle su madre y los miembros del Frente Popular para la Liberación de Palestina, se ha rebelado desde el penal de Pissy, en el extrarradio de París, donde cumple cadena perpetua desde 1996, y ha hablado a través de su abogada y esposa, Isabelle Coutant-Peyre. En nombre de su cliente, la letrada presentó la demanda contra el canal de televisión porque no se le había pedido permiso para utilizar su imagen, ni tan siquiera se le había comunicado que se iba a rodar el documental.
«Cuando se pretende hacer una biografía histórica de alguien que está vivo lo lógico es verificar con la persona si hay errores», manifestó la letrada a la agencia Efe. La respuesta de Canal+ ha sido que nunca suele pedir permiso cuando produce obras documentales o de ficción.
El filme 'Carlos, le prix du Chacal' ('Carlos, el precio del Chacal') lo integran tres capítulos de noventa minutos que rememoran algunos de los atentados perpetrados por uno de los terroristas internacionales más conocidos. Una de las razones por las que protesta 'El Chacal', sobrenombre con que le apodó el periódico británico 'The Guardian' después de que, entre sus pertenencias, se encontrara la famosa novela del mismo nombre escrita por Frederick Forsyth, reside en que la película le atribuye la autoría de atentados por los que aún no ha sido juzgado, hecho que la abogada interpreta como «un ataque a la presunción de inocencia».
El texto de la demanda revela algo más curioso, como es que «la difusión de esta película comercial, sin control previo» del propio Carlos, «atenta gravemente» contra su moral.