El extremismo islámico se ceba con la Policía en el Cáucaso ruso

Los extremistas islámicos de las repúblicas rusas del Cáucaso Norte se apuntaron ayer un nuevo tanto en su macabra escalada de terror. Uno de sus activistas hizo explotar la carga instalada en el vehículo que conducía al tratar de penetrar en el interior de un parque móvil de la Policía de Tráfico en las afueras de Majachkalá, la capital de la república de Daguestán, fronteriza con Chechenia. La deflagración causó la muerte a seis personas y otras catorce tuvieron que ser hospitalizadas. Dos de ellas se encuentran en estado crítico.

El terrorista suicida llegó a la puerta de entrada del cuartel policial pocos minutos antes de que dieran las ocho de la mañana a bordo de un todoterreno Lada-Niva y el retén de guardia le dio el alto. Según una versión de los hechos, el vehículo no pudo avanzar al estar cerrada la barrera y explotó allí mismo.

El viceministro daguestaní del Interior, Magomed Isáyev, sin embargo, declaró al canal de televisión ruso Vesti que el terrorista arrancó hacia el patio, en donde en ese momento estaban formados los agentes de la agrupación, pero se lo impidió un Jeep patrulla ruso UAZ, que se interpuso en su camino y lo arrolló. «Con el precio de sus propias vidas, los policías que iban en el UAZ evitaron una masacre aún mayor», aseguró Isáyev.

Según el portavoz del Comité de Investigación de la Fiscalía General rusa, Vladímir Markin, la potencia de la deflagración alcanzó el equivalente a unos cincuenta o setenta kilogramos de trilita. El presidente, Dmitri Medvédev, ordenó al jefe del FSB (antiguo KGB), Alexánder Bórtnikov, y al ministro del Interior, Rashid Nurgalíev, reforzar los controles en todo el Cáucaso Norte para evitar nuevos atentados.