LA QUE SE AVECINA
COMPLEMENTO CIRCUNSTANCIAL Actualizado: GuardarY ahora, deje de fingir. Ya pasó todo. Ya se fue la Navidad y ese virus gastrointestinal que le obligó a brindar con aquarius mientras la Esteban saludaba como una Fabiola viñera desde la Puerta del Sol.
Relájese.
Ya no es necesario que siga felicitando el año a todo el que se encuentre.
Termínese el roscón lo antes posible -sobre todo porque un roscón duro puede tener consecuencias nefastas en su recién estrenada flora intestinal-.
Deshágase de los restos de todas esas comidas que ha ido acumulando en la cintura desde hace un mes, recoja el belén -tampoco tardará mucho para las cuatro figuritas que cada año pone de manera más desangelada- y guarde el árbol de la forma más ordenada posible -piense que de aquí a nada lo tiene que sacar otra vez-.
Intente meter todos esos juguetes en algún sitio donde no estorben demasiado, tire las instrucciones de los videojuegos -nadie se lee las instrucciones de los videojuegos-.
Piense que mañana podrá descambiar el eterno pijama que le ha regalado su suegra, vuelva a su estado habitual de cabreo permanente y alégrese porque ya no tiene que ser más amable de la cuenta con sus vecinos.
Respire hondo y repita: se acabó la Navidad.
Todo pasa, que decía el poeta. Y esto, afortunadamente, ya pasó.
Que no tiene usted el bolsillo para muchos excesos y la cuesta de enero cada vez se parece más a un puerto de montaña.
Tómese un descanso, coja fuerzas. Pero no se acostumbre. Piense que no hay situación que no pueda empeorar.
El sábado es la pestiñada, la semana que viene comienza el concurso de agrupaciones, tenemos el carnaval encima. y sus hijos siguen ¡de vacaciones de Navidad!.
¡Qué nos quedará por ver!