Evitar el maltrato
Actualizado: GuardarLa violencia machista se cobró el año pasado la vida de 55 mujeres. La cifra continúa provocando un escalofrío, que se reprodujo ayer con el asesinato de una sevillana sin que hubiera mediado, como sigue ocurriendo en la mayoría de los homicidios, una denuncia previa. Pero el hecho de que esa misma cifra sea la más baja desde que en 2004 se aprobara la ley integral contra la violencia de género y, sobre todo, que suponga 21 existencias truncadas menos que en 2008 permite congratularse no sólo de las muertes evitadas; también de la paulatina deslegitimación de las conductas violentas hacia las mujeres. Hoy es posible afirmar que el maltratador ya no goza del paraguas de la indiferencia, la benevolencia o, incluso, del amparo social bajo el que venía cobijándose, aunque los avances no son aún irreversibles. Ahí están para advertir de ello aquellas actitudes que, bajo el pretendido -y loable- objetivo de identificar las carencias de la ley y alertar sobre potenciales abusos en su aplicación, desenfocan el problema esencial. Que no son ni las insuficiencias legales; ni las denuncias falsas, insignificantes según un reciente informe del Poder Judicial sobre sentencias dictadas; ni que haya mujeres que puedan simular o mentir para obtener algún beneficio. Y sí cómo erradicar el maltrato e impedir que continúe provocando desenlaces irremediables.