Ahogados en el Mediterráneo
Nada ha cambiado en el nuevo año; los azulinos siguen organizados en defensa, pero su olfato goleador sigue siendo prácticamente nulo Un gol en el último suspiro impidió que el Xerez se llevara un merecido punto
Actualizado: GuardarEl fútbol fue ayer muy cruel con un Xerez que buscaba una nueva vida y acabó nuevamente ahogado. En esta ocasión, a orillas del estadio Mediterráneo de Almería y tras nadar durante 89 minutos en busca de, al menos, un merecido empate. Y es que la entrada en el 2010 no le ha cambiado la vida a un Deportivo que continúa con sus mismas virtudes y defectos: se organiza y luchan bien cuando de lo que se trata es de defender, pero se lamentan una y otra vez de las ocasiones que fallan en la portería rival.
Al igual que en Cantabria, a Almería también salió de inicio la mejor versión del Xerez; un equipo con llegada, con relativa fluidez en la zona ancha, con verticalidad por banda y con orden e intensidad a la hora de defender. Frente a ellos, se estrenó el nuevo Almería de Lillo, con mucha paciencia, sin prisas, buscando la elaboración desde el centro de la defensa, pero con ciertas lagunas sin el balón en sus botas.
Impulso rojiblanco
A medida que el crono se acercaba a la media hora de partido, el conjunto azulino fue perdiendo protagonismo, posesión y llegada en favor de un Almería que, poco a poco, lograba plasmar en el campo aquello que Lillo había dibujado en la pizarra: mucho toque y mucho centrocampismo. De hecho, el vasco apostó por una alineación sin ningún delantero centro nato. El problema es que al Almería ya le costaba circular la bola en defensa, sufría en el centro del campo y apenas alcanzaba a llegar con el balón controlado al área de los andaluces.
Tras el descanso la balanza siguió inclinándose en favor de los almerienses, que poco a poco fueron ganando metros y haciendo retroceder a un Xerez que en el diez de la segunda parte todavía no había logrado fabricar una jugada de ataque. La presión de los locales hizo cambiar el estilo de juego del Deportivo, que para entonces se amparaban en el contragolpe, una buena opción siempre y cuando se materialicen las ocasiones. Algo que no hizo el Xerez al filo del minuto sesenta, tras un perfecto contragolpe que no supo finalizar Carlos Calvo. Bergantiños, Abel y Momo se asociaron al toque antes de que Carlos desperdiciara la ocasión más clara de los xerecistas en el día de ayer.
La que decidió el encuentro se hizo esperar, justo hasta el último minuto, cuando Ortiz apareció en la corona del área para recoger un rechace de Leandro Gioda y sacarse un zapatazo que entró pegado al palo del marco defendido por Renan y hundió todavía más a un Xerez que tendrá que esperar otro encuentro más para iniciar una nueva vida.