Carta a los Reyes Magos
Nuestros políticos deberían incluir en su lista de regalos cordura y honestidad
Actualizado: GuardarEstimados Reyes Magos: tenía pendiente escribir las presentes líneas, a modo de humilde petición, en nombre de todos mis convecinos, respecto a tantos problemas que actualmente asolan la ciudad -desde el paro hasta las recientes inundaciones- cuando, como no podía ser de otra forma, nuestras Autoridades políticas rizan una vez más el rizo. Está visto que, incluso en Navidad, a eso de hacer el tonto no les gana absolutamente nadie.
Ha llegado a mis manos el borrador del tercer Plan Integral para la Inmigración en Andalucía, que define diversos aspectos relativos a la cada vez mayor presencia de inmigrantes entre nosotros. Este plan ya fue precedido por el primero y segundo, de 2002 y 2006 respectivamente, y, si el primero recogía una adecuada declaración de intenciones, el segundo arremetió contra aspectos muy específicos, especialmente contra la necesidad de incluir la perspectiva de género entre aquellos que vienen a territorio andaluz. Es decir: señor inmigrante si viene a Andalucía, olvídese de todas aquellas actitudes machistas por muy habituales que sean en su país de origen, pues aquí en modo alguno se las vamos a permitir.
Sin embargo, ahora llega el tercer Plan cuya medida estrella consistirá en impulsar el árabe como segunda lengua extranjera entre quiénes estudien eso que se llama la ESO, incluso potenciando que el profesorado realice cursos específicos en los países de procedencia de los inmigrantes. Y comprendan, Majestades, que aquí nazca la indignación de este cronista.
Nos preocupa que quienes vienen a Andalucía olviden sus actitudes machistas, pero potenciamos no sólo que no aprendan nuestra lengua, con lo primordial que ello resulta para una adecuada integración, sino que seremos nosotros quienes estudiemos árabe para que los extranjeros se sientan como en casa ¿Lo próximo será invitarnos a usar chilaba? Así que, Majestades de Oriente, junto a tanta petición individual que a buen seguro estaréis recibiendo en estos días, quiero, en este año que comienza, pedir que traigáis cordura a quienes nos gobiernan. Gastar 2.500 millones de euros (casi medio billón de pesetas) en potenciar que nosotros -no ellos- seamos quienes aprendamos su lengua, es una burrada de calibre descomunal.
Harían bien los políticos en invertir tan gigantesca cifra en paliar los efectos del paro, de las inundaciones, o de cualquier otra calamidad de las muchas que afectan a los andaluces.
Y llegados a este punto -pues la idea de esta columna no me es propia-, bueno será compartir con ustedes las declaraciones que el primer ministro australiano, John Howard, hizo en 2008, cuando afirmó que: «Los que tienen que adaptarse al llegar a un nuevo país son los inmigrantes, no los australianos, y si no les gusta, que se vayan». Más adelante afirmó: «Aquí hablamos fundamentalmente inglés, no hablamos árabe, chino, español, ruso, japonés ni ninguna otra lengua. Por lo tanto, si los inmigrantes quieren convertirse en parte de esta sociedad, ¡que aprendan nuestro idioma! La mayoría de los australianos son cristianos. Esto no es un ala política ni un juego político. Se trata de una realidad. Se trata de hombres y mujeres de ascendencia cristiana que fundaron esta nación basándose en principios cristianos. Por lo tanto, es completamente adecuado demostrar nuestra creencia en las paredes de nuestras escuelas. Si Cristo les ofende, entonces les sugiero que busquen otra parte del mundo para vivir, porque Dios y Jesucristo son parte de nuestra cultura. Toleraremos vuestras creencias, pero tenéis que aceptar las nuestras para poder vivir en armonía y paz junto a nosotros».
Releyendo tales declaraciones no puedo por menos que compartirlas. Por eso os pido en esta carta, queridos Reyes Magos, lo mejor para todos nosotros, inmigrantes incluidos, así como pies en la tierra y cordura para los políticos a los que, posiblemente, con tanta fiesta se les esté yendo la olla.