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Casi 2.000 familias jerezanas esperan con urgencia una vivienda
Aunque la situación es complicada, el delegado de Bienestar Social garantiza que ninguno de los afectados se quedará en la calle
JEREZ. Actualizado: GuardarEl caso de Tamara Trinchete, la joven sobre la que pesa una orden de desahucio y que no tiene a dónde acudir, no es el único que preocupa a los Servicios Sociales jerezanos. Por desgracia, en la actualidad hasta 1.900 familias se encuentran en una delicada situación y requieren de una de las llamadas viviendas de emergencia.
Una lista de esperasin lugar a dudas concurrida que preocupa más si se tiene en cuenta que en estos momentos el parque municipal no dispone de inmuebles de estas características, como ha reconocido el delegado de Bienestar Social, José Manuel Jiménez, que sin embargo ha dejado claro que no hay una sola familia en la calle.
Por ello, Jiménez se ha mostrado tranquilo con respecto al caso concreto de Tamara, informando de que el mismo día que este periódico publicó su drama (el pasado 30 de diciembre) la joven fue atendida por los Servicios Sociales. Conviene recordar que la perjudicada tenía hasta el día de ayer para abandonar el domicilio que ocupa ilegalmente, pero su abogado le ha recomendado que no lo lleve a término hasta que no le llegue la correspondiente orden judicial.
Mientras tanto, los profesionales de los Servicios Sociales se encuentran estudiando su caso, aunque el delegado ha recordado que existe un protocolo a seguir que no se pueden saltar bajo ningún concepto. «Es cierto que a ella le hace falta una vivienda -confirmó-, pero habrá que ver qué factores concurren en su caso. Existen unos baremos y unas puntuaciones, y hay mucha gente que se encuentra en su misma situación. Veremos a ver si le podemos dar una vivienda, pues ahora mismo de emergencia no hay; eso sí, tenemos las medidas necesarias para que nadie esté en la calle».
Alternativas
Una de las opciones que se barajarían sería la de ubicar a esta mujer y sus dos hijos en un piso de alquiler, cuya renta pagaría el Ayuntamiento parcialmente hasta que se encontrara una solución mejor. Tamara, por su parte, continúa en el piso de la avenida León de Carranza y reconoce que no sabe qué será de ella y de sus dos vástagos cuando reciba la orden. Curiosamente, asegura que hace unos días se encontró por la calle a la alcaldesa, que tras escuchar su problemática se comprometió a ayudarla, por lo que confía en que cumpla su palabra y el nuevo año transcurra mucho mejor de lo que ha empezado.