Las cajas afrontan su transformación
Las entidades de mayor tamaño, como La Caixa o Caja Madrid, aguardan el momento de entrar en el juego de las fusiones Gobierno y Banco de España recuerdan que la reforma debe concluir en el plazo de seis meses
MADRID.Actualizado:El 2010 será el año de la gran transformación del sector de las cajas de ahorro. Presionadas por autoridades de todos los niveles, casi la mitad ha atendido el llamamiento del Banco de España -que teme por su solvencia- y está inmersa en procesos de integración. Desde Economía, la vicepresidenta Elena Salgado ha instado a las instituciones a utilizar cuanto antes las herramientas de que disponen. Les invita a acudir al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que lleva medio año de inactividad, antes de que se cierre el grifo de las ayudas bancarias por requerimiento de Europa.
Apenas quedan seis meses para que se cumpla el plazo fijado por Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que se ha propuesto concluir la reestructuración del sector «antes de que acabe la primavera». Así el Gobierno podrá proponer a continuación una reforma de la Ley de Órganos Rectores de las Cajas de Ahorro que acabe con su politización y abra camino a un funcionamiento estrictamente profesional. El cambio permitirá a las entidades emprender fusiones interterritoriales al tiempo que conservan su naturaleza jurídica de fundaciones.
Una veintena de las 45 cajas ya se ha movido. El vigilante Banco de España -que hizo de la intervención de Caja Castilla-La Mancha todo un ejemplo de la trayectoria que debían evitar las entidades con mayor riesgos- ha encarrilado procesos a punto de zozobrar. Bajo su presión se superó la resistencia de Cajasur por entrar en la órbita de Unicaja o, en fecha más reciente, se buscan soluciones que obvien las discrepancias entre Caja España y Caja Duero por el organigrama y el emplazamiento de la sede social de la entidad resultante. El instituto emisor les ha dicho que están condenadas a entenderse.
Dos agrupaciones de cajas catalanas siguen desbrozando el camino. Catalunya, Manresa y Tarragona, por una parte, Sabadell, Terrasa, Manlleu y Girona, por otra, han avanzado en los diseños de sus planes, alcanzando principios de acuerdo con las respectivas plantillas y hasta apuntado los recursos que demandarán al FROB. Quedan descolgadas otras dos entidades, Laietana y Penedés, que exploraron una unión de la que pronto desistieron.
Quedan en el aire las características que adoptarán los Sistemas Institucionales de Protección (SIP), conocidos como «fusiones frías». Son cajas que forman un grupo consolidado -lo que les aporta solvencia y facilidad para acceder a los mercados mayoristas-, al tiempo que preservan identidad, modelo de negocio y marca. Caja Navarra, la General de Canarias, la mallorquina Sa Nostra y Caja Burgos tienen en marcha un proyecto de este tipo. No rechazan que la corporación que las englobe tenga la ficha de un banco. Creen que ese sistema no afecta a la naturaleza ni a la capacidad de decidir de unas propietarias que van a ser en todo momento las cajas. Pero la Confederación de Cajas de Ahorro ha expresado recelos ante este plan.
La SIP ha sido la fórmula elegida en los contactos de Caja Rioja con la Insular de Canarias y Caja Inmaculada. También se han decantado Cajasol y Caja Guadalajara.
Por otra parte, el llamamiento llevado a cabo desde algunas autonomías para que las cajas de un mismo territorio asuman un proyecto común ha tenido escaso éxito. Las gallegas Caixanova y Caixa Galicia escuchan los argumentos de la Xunta, pero no dan pasos firmes. Algo parecido ocurre con CAM y Bancaja. Y quedan lejos en el tiempo los planes de fusión de las cajas vascas.
Las cajas de ahorros de mayor tamaño están de momento fuera de juego. La Caixa hace todo el esfuerzo posible para demostrar que alimenta sus propios proyectos y que pasan por la internacionalización porque -dada su tupida red- difícilmente encontraría complementariedad en la integración con otra española. Acaba de ampliar al 15% su participación en el Bank of East Asia (BEA) y mantiene vivos los lazos con Erste Bank -del que ya posee casi un 10% del capital- que habrán de permitirle la expansión por Europa Central y Oriental.
El desembarco en Caja Madrid de una personalidad como el ex vicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato abre un abanico de posibilidades a la entidad. Además, Miguel Blesa, su antecesor, en la recta final de su mandato, planteó a los técnicos el estudio de todo tipo de posibilidades.