Las uvas de la crisis y la liga de Belén
Fin de año. Ninguna cadena española se ha arruinado por sus dispendios en los programas para recibir 2010
Actualizado:Como es habitual, TVE entregó el primer tramo de su noche a José Mota, el cómico más solvente de los últimos años. Lo que hace, lo hace bien. Tiene un repertorio limitado, pero lo trabaja con inteligencia. La idea de este año, basar los gags en el universo de Hitchcock, le dio además un toque razonablemente ilustrado. En definitiva, muy bien. Y una nota curiosa: algo raro debe de pasar en España cuando, después de un año como el que hemos tenido, la única cadena que se permite una mínima crítica política es la muy gubernamental TVE, y precisamente en el especial de Mota.
Después, la Pública ofreció un «momento Benidorm» que consistió en sacar a los protagonistas de 'Cuéntame' bailando como en las terrazas de verano y costa. Los Alcántara fueron el hilo conductor de una serie de actuaciones musicales -de no mal nivel- que condujeron a las uvas. Y ahí nos esperaban Anne Igartiburu, menos sexy que nunca, y Manuel Bandera. Lo de Bandera no fue buena idea: rígido, embutido en su smoking como en un corsé de metal, sonreía con aire de repeinado muñeco mecánico. Abierto ya el 2010, Bandera empezó a hablar de la presidencia de turno de la UE; era lo que faltaba para que pareciera un robot bien programado.
Hay otra cadena pública nacional que es La 2. Hasta este año, lo habitual era que nos pusieran programas más o menos aburridos, más o menos interesantes, para acompañar la cena. Esta vez, por el contrario, nos flagelaron con dos pésimas películas españolas: 'El principio de Arquímedes' y 'Escuela de seducción'. Simplemente lamentable.
En Antena 3, mientras tanto, Óscar Martínez había estado metiendo cantantes en un baño de agua helada. El programa se llamaba 'Canta si puedes'. Algunos pudieron, sí. Lo que luego no pudo Antena 3 fue dar un mínimo brillo a su ritual de las uvas. Los actores Patricia Montero y Antonio Garrido abrieron el año Jacobeo desde Santiago de Compostela. La idea era buena, pero el resultado fue muy soso. Vencido 2009, nos colocaron música disco y sanseacabó. Lo dicho: las uvas de la crisis.
El Mundial como fondo
Cuatro trató de exprimir al máximo sus éxitos. Desde el punto de vista de la gestión de recursos, no le salió mal, pero como espectáculo el resultado fue más dudoso. Antes de la medianoche, el especial de 'Fama a bailar' se resolvió en una plúmbea estética entre tecnogay y puticlub fashion. Las uvas, después, fueron cosa de los Manolos, o sea, Carreño y Lama, bajo la marca del Mundial de fútbol 2010 y con el obamesco eslogan «Podemos». Sólo un comentario: retransmitir las uvas como si se tratara de un partido de fútbol es lo peor que hay para los jugos gástricos.
Y en La Sexta tuvimos a Berto Romero y Ana Morgades llevando una especie de gran contenedor de autopromoción que transmitía un solo mensaje: «pero qué majos y divertidos somos, releche». Hubo un especial con lo mejor de 'El intermedio' (no mal seleccionado, ciertamente), saludos calurosos para Wyoming y a Antonio Lobato y, después, un gag razonablemente divertido sobre cómo comerse las uvas. Entre eso y el programa posterior, el balance fue pobre y no sé si honrado.
Pero usted está esperando que hablemos de Belén Esteban, así que vayamos a ello: jamás se ha visto nada a lo que pueda aplicarse mejor el título 'Paletos en Nueva York'. El espectáculo de Jorge Javier Vázquez y Belén Esteban, visiblemente pasados de vueltas, fue penoso. La noche ya había empezado mal con un estrafalario especial de 'La que se avecina'. Lo de después fue consternante. Belén estaba superada por los acontecimientos: sollozante, hipando, daba la impresión de temer que se le descompusieran las costuras. Por supuesto, nos enseñó una liga y se metió un euro en el zapato, pero parecía como ida. Cuando llegó el momento de las uvas, Belén y Jorge Javier fueron contando las campanadas una a una, es decir, que no se las comieron, mientras Telecinco imprimía en pantalla una infografía pensada para analfabetos funcionales. Después Belén, siempre sollozante, se asomó a saludar a las masas desde el balcón, y al mover el brazo hacia el lado izquierdo, el culo se le iba al derecho. A Telecinco hay que atribuir, eso sí, el mejor chiste de la noche. Fue cuando Jorge Javier Vázquez dijo aquello de «¿Por qué se ha vestido de Belén de Versace? Porque está muerto y no se puede quejar».
A eso de las doce y veinte de la noche, cuando ya todo era irreparable, confieso que me quedé viendo un 'call-show' -o sea, eso del timo telefónico- que presentaba ¡Yola Berrocal! Y al ver a la pobre Yola. no pude evitar pensar en el futuro de Belén Esteban.