Un año menos machista
Las víctimas por violencia de género descienden en 2009 aunque su lucha enfrenta aún serios retos
VARSOVIA.Actualizado:Los 55 asesinatos machistas de 2009 (21 menos que en 2008) señalan el primer descenso desde 2003 de las víctimas mortales de esa lacra social (71 en 2003, 72 en 2004, 57 en 2005, 68 en 2006, 71 en 2007, 76 en 2008), según el último informe del Ministerio de Igualdad. Las cifras rebajan su trágico balance anual al nivel de 2005, cuando empezó a aplicarse la Ley Integral contra la Violencia de Género. Una norma aprobada por unanimidad en el Parlamento y que mayoritariamente despertó grandes esperanzas, pero también recelos en algunos colectivos que se muestran muy activos contra la que llaman «ideología de género».
Esta militancia, en la que no faltan insultos descalificadores como «feminazis» dirigidos al movimiento por la igualdad, tiene en las supuestas denuncias falsas por maltrato un argumento recurrente contra la Ley Integral. Y más cuando, como hace unos días el juez de familia sevillano Francisco Serrano o antes la magistrada barcelonesa María Sanahuja, surgen voces del ámbito jurídico que asumen en mayor o menor medida tales acusaciones.
Esta vez, la enésima polémica sobre la cuestión -los desmentidos han sido rotundos tanto desde el feminismo como en medios políticos y judiciales-- ha restado atención al esperanzador descenso de asesinatos machistas en 2009. Y, de rebote, ha distorsionado el debate sobre los retos pendientes en la lucha contra la violencia de género y sobre los aspectos y recursos mejorables de la ley, como la insuficiencia de Unidades de Valoración Integral, los fallos en la protección de las víctimas o la necesidad de formación en género de todos los operadores jurídicos.
Tolerancia social
Entretanto, quedan desafíos como la insuficiente conciencia social sobre el maltrato, que provoca en la ciudadanía más horror que movilización y compromiso cívicos. Como apunta la Unidad de Investigación 'Familia e Intervención Social', que dirige en la Universidad de Valencia el catedrático de Psicología Social Enrique Gracia, entre un 11% y un 19% de personas conoce a alguna maltratada en su entorno laboral, estudiantil, vecinal o amistoso.
Pero todavía les cuesta tomar la iniciativa de denunciar, y las protestas por los asesinatos machistas aún reúnen a poca gente.
Aunque ya se vislumbra una mayor implicación ciudadana tras las campañas de concienciación para que nadie mire para otro lado: el habitual 18,6% de llamadas de familiares o amistades al teléfono de atención 016 se estiró en noviembre hasta el 27,1%.
Y quedan retos paralelos como la persistente tolerancia social a los malos tratos, enraizada en un mundo adulto que apenas tuvo acceso a la educación igualitaria, pero también en ámbitos juveniles que sí lo han tenido pero protagonizan ahora un paradójico «revival del machismo». El reciente Foro Internacional «Juventud y Violencia de Género» dejó datos tan inquietantes como el 15% de jóvenes que «justifican de alguna manera» esa lacra o como el 17,2% de chicas y 39,5% de chicos que no rechazan de plano (otro 4,5% y 17,7% se muestran de acuerdo) la afirmación de que «el hombre que parece agresivo es más atractivo».