Una popularidad política difícil de heredar
Actualizado:Si bien ningún aspirante ha formalizado todavía su candidatura, a nadie se le escapa que el favorito para ganar las presidenciales brasileñas del próximo octubre es el opositor José Serra, gobernador de Sao Paulo y líder del Partido de la Socialdemocracia. Sobre todo cuando en diciembre, el gobernador de Minas Gerais, Aecio Neves, de la misma formación que Serra, renunció a competir con él en las elecciones internas, lo que sugiere que la socialdemocracia se unirá detrás del dirigente paulista.
Perece extraño que el candidato de Lula no sea el tenga ventaja dada la popularidad del actual mandatario, pero al igual que le sucede a la chilena Michelle Bachelet, el ex líder sindical no ha logrado transferir los grandes apoyos con los que cuenta a su mano derecha, la jefa de la Casa Civil (jefatura de Gabinete), Dilma Rousseff, que él mismo designó como la mejor preparada para sucederle. Rousseff tampoco fue elegida formalmente por el Partido de los Trabajadores, al que se sumó poco antes de su incorporación al gobierno. Pero Lula confía plenamente en ella ya que coordina el gigantesco plan de obras públicas conocido como Programa de Aceleración del Crecimiento.
La última encuesta de Ibope señala que Serra, que perdió la pelea por la presidencia frente a Lula en 2002, cuenta con un 38% de apoyos a casi diez meses de la cita con las urnas, mientras que Rousseff, una figura con poco carisma y escaso calado, no alcanza el 17%. Lula cree que es porque aún no ha podido darse a conocer.
La ministra ha tenido que someterse en 2009 a un duro tratamiento de quimioterapia por un tumor linfático que la obligó a permanecer varios meses en segundo plano. Pero una vez recuperada está en condiciones de competir al máximo, según los médicos.
A estos dos aspirantes les siguen otros con menos posibilidades como el laborista Ciro Gomes, al que respaldan un 13% de los votantes y que todavía no ha confirmado su candidatura y la 'verde' Marina Silva, que apenas suma un 6% de los respaldos. Gomes y Silva fueron ministros de Lula pero abandonaron el oficialismo en desacuerdo con las políticas del presidente.