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La noche de Fin de Año transcurrió tranquila y sin incidencias destacables

La Policía intervino en varias peleas y atendió diversas llamadas relacionadas con la explosión de petardos y ruidos

A. DOÑA
JEREZ.Actualizado:

Pudo ser la lluvia, que dejó agazapado en casa a más de uno, o tal vez la crisis, que mantiene en vilo los bolsillos de los currantes; de un modo u otro, lo cierto es que la noche de Fin de Año transcurrió en Jerez inusualmente tranquila, como si de cualquier fin de semana se tratase. Desde el servicio de Emergencias del 112, de hecho, corroboraron ayer que no recibieron ningún aviso a tener en cuenta y la Policía también confirmó la escasez de incidencias registradas.

Las mayores concentraciones de ciudadanos se produjeron en la plaza del Arenal y en los alrededores de discotecas como Rouge y Oxi, donde los agentes sí intervinieron en las típicas peleas de jóvenes en las que el alcohol y otras sustancias adquieren un desafortunado protagonismo.

En este sentido, asistieron a varias personas aquejadas de comas etílicos en el Arenal y la plaza del Cubo, una circunstancia que también se dejó notar en el Hospital del

SAS, cuyo servicio de Urgencias recibió entre las 07.00 y las 08.30 horas algunos casos de intoxicación por bebidas alcohólicas.

Uno de los sucesos más llamativos fue el de una reyerta entre dos trabajadoras del club Aloha, en la Nacional IV, que acabó con denuncia incluida y con un traslado al centro sanitario. La pelea se produjo pasadas las 06.00 horas, cuando agentes de la Policía Local se personaron en el recinto e intentaron mediar en el conflicto.

Reyerta sin consecuencias

Una de las implicadas acabó denunciando a la otra y tuvo que ser atendida por una ambulancia que la llevó al hospital, al presentar diversas heridas que afortunadamente no revistieron gravedad, por lo que pudo abandonar el centro al poco tiempo.

Otros de los episodios en los que intervinieron los funcionarios fue en un caso de violencia de género y en un accidente de tráfico que se saldó sin consecuencias mayores. Lo que sí produjo un aluvión de llamadas a la Policía fue, como todos los años, la explosión de petardos y las molestias ocasionadas por el ruido típico de las aglomeraciones y el espíritu de fiesta.

No obstante, los agentes apenas levantaron actas al respecto pues cuando acudían al lugar tras recibir el aviso ya los artífices de la explosión lo habían abandonado. Cabe recordar que las ordenanzas municipales se endurecieron en esta materia hace dos años, a raíz del incidente que le provocó la pérdida de un ojo a una joven de Los Albarizones. Rocío Vázquez salió de su casa justo cuando unos vecinos arrojaban un pequeño cohete que le produjo serios daños en el rostro y un oído, de los que todavía hoy no se ha recuperado.