
La lluvia espanta a los aguafiestas
Los efectivos que blindaron La Punta de San Felipe tuvieron poco trabajo debido a la escasa presencia de público El agua reduce la movida en la calle durante Fin de Año y evita los altercados
CÁDIZ. Actualizado: GuardarEl espíritu de la Navidad llegó con la Nochevieja. Las ganas de fiesta, el alcohol y la congregación de miles de personas auguraban un fin de año con altercados, de esos que dejan heridos y escriben la crónica negra de un día que se supone de concordia.
Esa es la penosa tradición de los últimos años en la provincia y parecía se podía repetir en este 1 de enero, sobre todo a tenor de lo ocurrido en la madrugada del 25 de diciembre en La Punta de San Felipe.
Cuatro detenidos y dos heridos, ese fue el saldo de la batalla campal que protagonizaron varios grupos de jóvenes ese día en la zona de movida más conflictiva de Cádiz. La polémica entre Ayuntamiento, Policía Nacional y hosteleros calentó la semana, aunque finalmente fue la lluvia la que apagó cualquier posibilidad de que los que van a divertirse acabaran erigiéndose en los dueños de los titulares por sus fechorías.
Fue el mal tiempo el que diluyó las ganas de celebrar el comienzo del año en la calle a base de botellón. Los cotillones -hubo muy pocos- y las fiestas preparadas por los pubs de la provincia perdieron tirón en beneficio de las reuniones privadas en locales y casas alquiladas, sobre todo en la Sierra. Y los que no se apuntaron a ninguna de estas modalidades, poco pudieron hacer al aire libre, en una noche desapacible en la que los chaparrones no dejaron de sucederse en toda la provincia.
En la capital, el cielo ayudó a los efectivos que blindaron La Punta de San Felipe durante toda la madrugada. Diez policías de la UPR estuvieron trabajando junto a cuatro Zeta, es decir, las patrullas ordinarias de seguridad ciuadana compuestas por dos agentes de coche. Se habló de que el dispositivo podría estar formado por un máximo de 50 personas en caso de que surgieran problemas como los del otro día, pero el buen comportamiento de los pocos que se atrevieron a entonar el feliz año nuevo a la intemperie impidió que se desarrollara. «Ni incidentes, ni accidentes», resumió el Ayuntamiento.
La ausencia de altercados y otras malas noticias acompañadas a la jornada festiva rompe la tónica de los últimos años. El 1 de enero de 2009 fue protagonista un joven de Puerto Serrano que mató a su padre e hirió a otro hombre durante la madrugada.
El anterior, una chica de Jerez perdió un ojo al estrallarle un petardo que fue lanzado poco después de las campanadas. 2007, 2006 ó 2005 fueron recibidos con riñas, amagos de navajazos, quema de contenedores y mucha intoxicación etílica.
Pero éste 2010 ha comenzado con mejor pie y según han destacado todos los cuerpos de seguridad, la patronal hostelera, los trabajadores de emergencias sanitarias y los propios ayuntamientos, la despedida del año fue de las más tranquilas que se recuerda.