ESPAÑA

Una presidencia de turno descafeinada

MADRID. Actualizado: Guardar
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España asume este viernes la presidencia rotatoria de la UE, pero este cometido ya no es no lo que era. El Tratado de Lisboa, en vigor desde el 1 de diciembre, reduce de manera drástica el papel político-institucional del jefe de Gobierno de turno, es decir, de Rodríguez Zapatero.

El líder de los socialistas españoles tendrá que ceder casi todo el protagonismo al recién electo presidente permanente de la Unión, el belga Herman Van Rompuy.

El Gobierno contaba con que, al ser este un período de transición, podría marcar la pauta del cambio y guiar a los nuevos representantes, pero tanto la responsable de la Política Exterior y de Seguridad, Catherine Ashton, como Van Rompuy han dejado clara su intención de asumir el control y fijar el contenido de las agendas.

El equipo de Zapatero intentó conservar cierto papel y mantener la presidir al menos los encuentros que se realicen en España, pero finalmente tampoco eso será posible. Aún así distintas ciudades españolas serán escenario de cumbres internacionales; la más 'jugosa' la de la UE-Estados Unidos, que contará con la presencia de Barack Obama el próximo mayo.

La nueva situación privará al jefe del Ejecutivo de participar además en la reunión del G-20 como representante de la UE, aunque probablemente asista como invitado.

Donde seguramente no tendrá silla será en el G-8. Es un inconveniente porque el gran objetivo de su mandato era, en principio, afianzar la recuperación económica en bloque y coordinar las acciones de los 27 en esta materia.

Zapatero no se desinfla. «Vamos a fortalecer Europa, vamos a fortalecer a España en el mundo y vamos a impulsar una economía más competitiva e innovadora», dijo.