Las bodas
Actualizado:Se casan muchas parejas en los ayuntamientos y en los juzgados, pero todavía hay cola para casarse por la Iglesia, sobre todo en las más emblemáticas. Hubo un tiempo en que casarse en la Iglesia del Carmen era de lo más 'chic', más tarde empezó a popularizarse. San Francisco, San José y otras más, aunque en algunas de ellas no se hacen bodas casi nunca.
Lo que sí que ha cambiado en las bodas de hoy día ha sido la cuestión de la celebración del acontecimiento. Antes las bodas se festejaban en las casas de alguno de los contrayentes y siempre se aprovechaba el lugar que fuera más espacioso. Unos días antes, ya entre el novio, el padrino y los suegros se iba comprando todo lo relacionado con el condumio, ya que había que ir preparando todo para el día señalado.
Aquello se conformaba con las célebres morcillas, el chorizo, aquellas fuentes de 'papas aliñás', algún que otro kilillo de gambas de algún cocedero del barrio y lo que nunca faltaba era esa olla que hacia la familia para culminar la comida. La cuestión de la bebida se cumplía con la arroba de vino de Chiclana, algunas botellitas de moscatel y las célebres gaseosas de La Alianza.
Como casi todas las bodas en aquellos tiempos eran por la mañana, a media tarde y después de haber dado cumplida cuenta de todos aquellos manjares daba comienzo la orquesta.
Los novios se quitaban de enmedio e iniciaban sus viajes, nada de Cancún o el Caribe, lo más lejos que se llegaba era a Sevilla. Ella con su traje de chaqueta y su permanente recién hecha. Él con su traje, pelado reciente y zapatos con derecho a sobadura. Pero la verdad es que lo pasaban en grande.